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Ríos atmosféricos: El fenómeno climático que remodela el océano y la vida marina

Ríos atmosféricos: El fenómeno climático que remodela el océano y la vida marina

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Tiempo de lectura: 2 minutos Un estudio de la Universidad de Concepción evidencia los impactos de los «ríos del cielo», estas enormes corrientes de vapor de agua, que influyen desde la temperatura del mar hasta la disponibilidad de nutrientes para la vida marina.

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Los ríos atmosféricos, bandas de vapor de agua que transportan volúmenes de líquido comparables a los del río Amazonas, viajan miles de kilómetros desde los trópicos para impactar Sudamérica. Tradicionalmente conocidos por sus devastadores efectos terrestres —lluvias extremas, crecidas y deslizamientos—, una investigación del Centro COPAS Coastal de la Universidad de Concepción muestra su influencia sobre el océano costero chileno.

Un equipo de científicos liderado por el doctor en Oceanografía, Yosvany García Santos, analizó más de 2.400 eventos de ríos atmosféricos entre 1979 y 2018. Sus hallazgos, publicados en Scientific Reports y Journal of Geophysical Research: Oceans, rompen un paradigma: el impacto de estos fenómenos no se limita a la atmósfera y la hidrología continental, sino que modifica sustancialmente el viento costero, la temperatura superficial del mar, la salinidad y los cruciales procesos de surgencia y hundimiento.

«Sus efectos sobre el océano costero permanecían poco explorados. Esta brecha de conocimiento nos motivó a comprender cómo estos eventos, que actúan como puentes entre la atmósfera, los ríos y el océano, modifican la dinámica costera y los ecosistemas marinos», explica García Santos.

Impacto en el ccéano

El estudio identificó dos tipos de ríos atmosféricos con efectos contrastantes. Los inclinados (TARs) ingresan diagonalmente, impulsando vientos del norte que generan hundimiento costero (downwelling), elevando la temperatura y el nivel del mar. Por el contrario, los zonales (ZARs), que llegan frontalmente con vientos del oeste, favorecen la surgencia (upwelling), enfriando las aguas y enriqueciéndolas con nutrientes vitales para la vida marina.

Los TARs son más comunes en invierno, mientras que los ZARs predominan en verano, ambos intensificando los vientos costeros y alterando la estratificación oceánica de maneras opuestas: los TARs confinan las plumas fluviales y aumentan los nutrientes cerca de la costa, mientras que los ZARs dispersan las plumas hacia mar abierto.

Futuro climático

Durante campañas oceanográficas en 2022 y 2023 frente a la bahía de Coliumo, los investigadores registraron descensos significativos de la salinidad y aumentos de turbidez y oxígeno disuelto, e incluso picos de clorofila-a —indicador de productividad biológica— tras el paso de estos sistemas. Estas observaciones confirman que los ríos atmosféricos imponen un forzamiento físico y biogeoquímico más intenso y coherente que otros sistemas meteorológicos, con efectos observables a más de 20 metros de profundidad.

Estos estudios sitúan a Chile como un laboratorio natural para estudiar los efectos del cambio climático sobre el océano. El aumento en la frecuencia de los ZARs sugiere que los eventos de surgencia podrían volverse más comunes incluso en invierno, alterando los ciclos estacionales de productividad y la disponibilidad de nutrientes. Además, las variaciones en las precipitaciones y descargas fluviales podrían modificar las plumas de agua dulce, con potenciales consecuencias para las pesquerías y los ecosistemas costeros.

«Comprender cómo los ríos atmosféricos transforman la dinámica costera y la productividad marina es clave para anticipar los impactos de eventos extremos sobre los ecosistemas y comunidades del litoral», enfatiza García Santos. Este conocimiento, destaca el investigador, es fundamental para la gestión del riesgo climático, la orientación de políticas de adaptación y la promoción de un manejo sostenible de los recursos marinos y costeros.


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