¿Funcionan realmente los «bosques de bolsillo»? Estudio cuestiona el método Miyawaki
Tiempo de lectura: 2 minutos Una investigación liderada por académicos de la Universidad Mayor y la Universidad Adolfo Ibáñez revela que no existe evidencia científica sólida que respalde los supuestos beneficios de este popular sistema de restauración urbana.
Los denominados «bosques de bolsillo» o método Miyawaki se han posicionado como una de las soluciones más atractivas para combatir el cambio climático en entornos urbanos. Promovidos por su capacidad para crecer diez veces más rápido que un bosque convencional y alcanzar la autosustentabilidad en apenas tres años, estos espacios han proliferado en ciudades de todo el mundo. Sin embargo, un equipo de científicos advierte sobre la brecha que existe entre estas promesas y la realidad empírica.
El estudio, liderado por los investigadores del Centro GEMA de la Universidad Mayor, Dylan Craven, y de la Escuela de Ingeniería Forestal de la misma institución, Leonardo Durán, junto a científicos de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI) y el New Zealand Institute for Bioeconomy Science Limited, constituye la revisión más profunda realizada hasta la fecha sobre esta técnica. Sus conclusiones, publicadas en la revista Journal of Applied Ecology, sugieren que la popularidad del método supera con creces su respaldo científico.
El equipo de investigación analizó 51 documentos relacionados con los bosques Miyawaki, incluyendo artículos científicos y la llamada «literatura gris» (informes técnicos de ONG y sitios web corporativos). Los resultados fueron que el 60% de los documentos analizados no aportaba datos cuantitativos ni mediciones reales que sustentaran los beneficios atribuidos al método.
Evidencia científica insuficiente
De acuerdo con el estudio, solo siete de las investigaciones revisadas contaban con grupos de control y apenas tres replicaban el experimento. Esta falta de rigor pone en duda pilares del método, como la supuesta madurez acelerada en dos décadas o una mayor eficiencia en la captura de carbono frente a otras técnicas de reforestación.
«En cualquier proyecto de restauración, el valor más importante es el dato que demuestra su eficacia«, explica el Dr. Craven, quien también es investigador titular de Data Observatory. El experto recalca que el monitoreo sistemático es indispensable, especialmente considerando que el método Miyawaki suele ser más costoso que las alternativas tradicionales de restauración.
El desafío de la transparencia en la inversión pública
¿Por qué se ha masificado un sistema con tan poca evidencia? La investigación apunta a que gran parte del entusiasmo proviene de publicaciones no revisadas por pares, lo que dificulta una evaluación técnica objetiva. Ante este escenario, el llamado de los especialistas es a la prudencia y a la transparencia, especialmente cuando se utilizan recursos públicos para financiar estos proyectos en las ciudades chilenas.
Los autores concluyen que es imperativo priorizar técnicas de paisajismo urbano y restauración que cuenten con respaldo empírico robusto. La recomendación final para los municipios y organismos gubernamentales es exigir planes de monitoreo a largo plazo que permitan verificar si, efectivamente, estos bosques cumplen con su promesa de mejorar la biodiversidad y mitigar los efectos de la crisis climática en el territorio.