¿Es posible una vacuna universal?: Esto es lo que dice un inmunólogo

Tiempo de lectura: 2 minutos El Dr. Alexis Kalergis, director del Instituto Milenio en Inmunología e Inmunoterapia (IMII), analiza la viabilidad de esta ambiciosa propuesta de Estados Unidos y los desafíos que enfrenta la vacunación en la era de la desinformación.
La comunidad científica global sigue de cerca el anuncio de Estados Unidos sobre su intención de impulsar el desarrollo de una vacuna universal, particularmente enfocada en virus como la influenza y los coronavirus.
Esta iniciativa propone volver a una tecnología clásica: los virus inactivados, un método que, aunque tradicional, demostró ser crucial en Chile durante la pandemia de COVID-19.
La idea de una vacuna universal, capaz de proteger contra todas las variantes de un virus o incluso contra múltiples virus respiratorios, «es una quimera que tiene la ciencia hace bastantes años», reconoce el director del Instituto Milenio en Inmunología e Inmunoterapia (IMII), Dr. Alexis Kalergis.
Sin embargo, lejos de ser una utopía, representa un «gran desafío» que, de lograrse, «sería un avance importante para la ciencia«. La propuesta estadounidense de utilizar virus inactivados para este fin no es casual. «La estrategia de virus inactivados contra enfermedades infecciosas virales es una estrategia que ha sido segura y efectiva por muchas décadas», explica el académico de la Universidad Católica de Chile.
De hecho, durante la pandemia de COVID-19, Chile optó principalmente por una vacuna de este tipo. El inmunólogo destaca sus ventajas: «Demostró tener un nivel de protección que genera inmunidad contra todo el virus, a diferencia de vacunas innovadoras que tenían solamente una molécula del virus». Además, según datos de la OMS, «es la estrategia que mostró el menor nivel de efectos adversos».
Esta característica, sumada a su historial de seguridad, la convierte en una plataforma «sumamente vigente» y percibida positivamente por la opinión pública. El experto subraya que, gracias a la inmunidad más completa generada por esta vacuna en Chile, «tuvimos una mayor resistencia a las variantes» del coronavirus, relegándolo hoy a una posición menos crítica frente a otros virus como la influenza.
El riesgo de los movimientos antivacunas
Paralelamente al avance científico, surge una preocupación creciente: el auge de los movimientos antivacunas, exacerbado en contextos como el estadounidense, donde se han reportado brotes de sarampión, una enfermedad previamente controlada.
El Dr. Kalergis advierte sobre este fenómeno: «Dado que la vacuna aparentemente elimina enfermedades (…), la población no ve el riesgo de no vacunarse«.
Esta falsa sensación de seguridad puede tener consecuencias devastadoras. «Tristemente, el sarampión está refloreciendo en esos países», comenta, pero no es la única amenaza. Enfermedades como la polio, las paperas o la tos convulsiva, controladas gracias a altas coberturas de vacunación, podrían reaparecer si estas disminuyen.
«En Chile, afortunadamente, esa cobertura de vacunación se ha sostenido en el tiempo«, indica Kalergis, aunque alerta sobre la baja percepción de riesgo actual frente al COVID-19. «Una persona subinmunizada hoy en día (…) puede desarrollar una enfermedad grave».
El mensaje final del académico es claro: «La seguridad de vacunarse es mucho mayor que el riesgo que significa enfrentarse a un agente infeccioso sin inmunidad». Enfatiza la importancia de que las decisiones, especialmente las que involucran la salud de los niños, se tomen con «información y evidencia científica», acudiendo a fuentes fiables y no a comentarios aislados en redes sociales.
La ciencia, concluye, sigue trabajando en mejorar la seguridad y efectividad de las vacunas, y la comunicación clara y precisa es fundamental para que la población pueda tomar decisiones informadas.