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Enfermedades cardiovasculares: Una amenaza silenciosa que afecta a miles de mujeres en Chile

Cooperativa Ciencia,

Tiempo de lectura: 2 minutos La especialista en nutrición clínica y diabetología, Camila Hernández, llama a mantener chequeos preventivos y no minimizar los síntomas que requieren atención urgente.

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Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en mujeres a nivel mundial, una realidad a menudo subestimada. En Chile, esta tendencia no es diferente, afectando a una de cada tres mujeres.

Tradicionalmente, la imagen de un infarto se ha asociado más con los hombres, lo que ha llevado a una minimización y un subdiagnóstico de las enfermedades cardiovasculares en mujeres. Sin embargo, como explica la especialista en nutrición clínica y diabetología, Camila Hernández, un 30% de todas las muertes en mujeres se deben a estas patologías, superando incluso al cáncer.

Existen determinantes biológicos específicos que aumentan el riesgo cardiovascular en mujeres. La menopausia, con la consiguiente pérdida de estrógenos, es un factor crítico que eleva significativamente esta vulnerabilidad. Además, las mujeres tienden a acumular más tejido graso y menos muscular, con una mayor predisposición a la acumulación de grasa abdominal, un factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares y diabetes. A estos se suman los determinantes sociales: muchas mujeres cumplen roles de madres, trabajadoras y cuidadoras del hogar, limitando el autocuidado.

«Las mujeres, muchas veces son madres solteras que además trabajan largas horas, llegan a la casa a hacer el segundo trabajo. Eso nos aleja mucho de tener tiempo personal, de actividad física, de preocupación por su propia salud. Llevan a toda la familia a los controles médicos y probablemente, al final van ellas«, enfatiza Hernández.

Una llamada urgente a la conciencia

De acuerdo con la especialista, la prevención activa es el pilar fundamental para combatir las enfermedades cardiovasculares, que a menudo son «silenciosas» hasta etapas avanzadas. La recomendación es no esperar a tener síntomas y recomienda chequeos preventivos cada uno o dos años para mujeres mayores de 35 años. Estos incluyen exámenes como la glicemia de ayuno, hemoglobina glicosilada para detectar diabetes y el monitoreo ambulatorio de presión arterial.

Un aspecto crucial a destacar es que los síntomas de un infarto pueden manifestarse de manera diferente en mujeres que en hombres. Mientras que en hombres predomina el clásico dolor torácico opresivo, en mujeres los síntomas pueden ser más atípicos, incluyendo dolor en la boca del estómago (similar a un reflujo), dolor de espalda superior o dolor en la mandíbula. Estos síntomas suelen ser minimizados o atribuidos a otras causas, retrasando la búsqueda de atención médica.

«Si soy una mujer que ya tengo algunos factores de riesgo y tengo algunos síntomas relacionados al sector del tórax, nunca hay que desestimarlos y siempre es mejor consultar», advierte Hernández.

Además de los chequeos regulares, las recomendaciones para un estilo de vida saludable son vitales: aumentar la actividad física, evitar el consumo de tabaco y mantener una alimentación equilibrada, adaptada a las necesidades individuales.


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