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Salud Mental al Día: Cómo la inteligencia artificial está transformando la psicoterapia

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Tiempo de lectura: 2 minutos El investigador del Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y Personalidad (MIDAP), Fernando Parada, destaca el potencial de esta tecnología como un complemento para terapeutas y pacientes, aunque advierte sobre la validación científica en su uso.

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La salud mental, un pilar del bienestar, está experimentando una transformación profunda gracias a la integración de la tecnología y la inteligencia artificial (IA). En un escenario donde el acceso a especialistas y recursos es un desafío persistente, las soluciones digitales emergen como una oportunidad para expandir la cobertura y mejorar la atención.

La incorporación de la tecnología en el ámbito de la salud no es una novedad, per su evolución ha abierto nuevas fronteras. De acuerdo con el psicólogo clínico e investigador del Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y Personalidad (MIDAP), Fernando Parada, esta IA «puede ser efectiva en la medida que se utilice bajo las condiciones que puedan hacerla efectiva«.

«Los terapeutas hoy en día están utilizando la tecnología para poder apoyar su trabajo. Por un lado, apoyamos el trabajo con nuestros pacientes, dándoles herramientas que sirvan para llevar un registro de su estado de ánimo. Por otro lado, nos permite una evaluación mucho más sensible que nos permite tener una trayectoria mucho más clara de los síntomas de la persona», detalla el especialista.

Tecnología al servicio del bienestar

Parada destaca tres dimensiones clave: la teleterapia o telemedicina –que acerca a profesionales y pacientes superando barreras geográficas y de movilidad–, las aplicaciones de autoayuda, y el emergente rol de la inteligencia artificial.

La necesidad de cobertura es uno de los principales motores de esta adopción. «Las personas muchas veces recurren a este tipo de instrumentos y herramientas tecnológicas como una manera de evitar llegar al psicólogo o al psiquiatra, precisamente por el tema cultural respecto al estigma», señala el experto. Esto permite que pacientes con trastornos leves a moderados encuentren apoyo inicial en chatbots entrenados para tal fin, demostrando efectividad en condiciones controladas.

Sin embargo, Parada enfatiza una precaución: no todos los chatbots son iguales. El uso de herramientas genéricas como ChatGPT para problemas de salud mental puede conllevar riesgos, incluyendo la reafirmación de tendencias peligrosas. Es vital recurrir a aplicaciones y sistemas validados científicamente, diseñados específicamente para el acompañamiento terapéutico y con evidencia de su funcionamiento y seguridad.

Un alIAdo para terapeutas

La inteligencia artificial y las estrategias digitales no solo benefician a los pacientes, sino que también se están convirtiendo en herramientas invaluables para los profesionales de la salud mental. Lejos de reemplazar al terapeuta, estas tecnologías complementan y optimizan su trabajo, liberando tiempo administrativo y potenciando las intervenciones.

«Hoy en día, es muy recurrente ver bots que toman notas de nuestras sesiones para que nosotros no tengamos que quedarnos media hora después escribiendo qué fue lo que pasó», ejemplifica Parada. Además de la automatización de tareas, la tecnología permite una evaluación más sensible y precisa del estado de ánimo de los pacientes a través de «mood trackers» y cuestionarios digitales. 

Esto también intensifica el trabajo terapéutico y lo extiende más allá del consultorio. Parada, quien liderará el curso «E-Mental Health: Estrategias Digitales y Aplicaciones de Inteligencia Artificial para Profesionales de la Salud Mental» del MIDAP en noviembre, destaca la importancia de derribar mitos.

«Un componente fundamental tiene que ver con derribar ciertos mitos, como que, por ejemplo, el uso de la tecnología deshumaniza la terapia. Lo que muestra la evidencia va en contra de eso, las intervenciones que mejor funcionan son las que vienen acompañando. La tecnología acompaña al terapeuta en su trabajo de ayudar al consultante. La tecnología no debe ser pensada como algo que viene a reemplazarnos, sino como algo que viene a complementar nuestro trabajo», reflexiona el investigador.


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