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Los jóvenes están perdiendo la audición por auriculares y ruido excesivo

Los jóvenes están perdiendo la audición por auriculares y ruido excesivo

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Tiempo de lectura: 3 minutos La mitad de los jóvenes a nivel mundial están en riesgo de sufrir pérdida auditiva irreversible debido al uso excesivo de auriculares y la exposición a altos niveles de ruido en conciertos y discotecas, advierte la Sociedad Española de Otorrinolaringología, alertando sobre la creciente amenaza de la contaminación acústica.

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En el marco del Día Mundial del Cuidado del Oído y la Audición, la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) hizo un llamado de atención sobre el preocupante aumento de la pérdida auditiva en jóvenes.
Esta es una realidad que no solo se queda en España, sino que se extiende a otras partes del mundo. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de mil millones de personas entre 12 y 35 años están en riesgo.
Pero, ¿a qué se debe este problema? Médicos lo atribuyen, principalmente, al uso prolongado de auriculares a volúmenes elevados y a la exposición a ruidos intensos en lugares de ocio como conciertos y discotecas.
La contaminación acústica es la principal causa de pérdida auditiva, agravada por la falta de hábitos cardiosaludables y el consumo excesivo de fármacos ototóxicos. Estos medicamentos, que incluyen ciertos antibióticos, antiinflamatorios, antitumorales y desinfectantes, pueden afectar negativamente la audición y el equilibrio. Es por eso que la Federación de Asociaciones de Implantados Cocleares de España destaca la importancia de consultar con un especialista sobre los posibles efectos secundarios auditivos de cualquier medicación.

Cómo se proyecta la salud auditiva

La OMS proyecta un futuro preocupante en materia de salud auditiva. Se estima que para el año 2050, una de cada cuatro personas en el mundo sufrirá problemas auditivos, y 700 millones necesitarán atención especializada para mejorar su audición. La SEORL-CCC revela que actualmente el 75% de los habitantes de ciudades industrializadas, un escenario comparable a las grandes urbes chilenas como Santiago, ya padecen algún grado de sordera o pérdida auditiva inducida por la exposición continua a sonidos de alta intensidad.
La OMS establece que el límite de ruido aceptable para la salud es de 65 decibelios (dB), similar al ruido de una aspiradora. Superar los 80 dB, equivalente al ruido del tráfico rodado, ya compromete la salud auditiva. Exposiciones prolongadas a más de 85 dB pueden causar daños permanentes. Actividades cotidianas como usar auriculares o una sierra eléctrica (95 dB), asistir a una discoteca o estar cerca de fuegos artificiales (110 dB), y asistir a un concierto de rock o usar un taladro (120 dB) representan serios riesgos para la audición si la exposición se prolonga.

En Chile

En Chile, la prevalencia de hipoacusia o pérdida auditiva es de un 32,7%, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud del año 2010. Por otro lado, constituye la tercera causa de discapacidad, estando presente en el 31,4% de adultos en situación de discapacidad, según datos entregado en 2015 por el Servicio Nacional de la Discapacidad.
En la actualidad, Chile cuenta con normas ambientales que regulan el ruido generado por fuentes fijas y fuentes móviles. En el caso de las primeras, en zona residencial permite emitir durante el día 55 dB y para horario nocturno 45 dB. En el caso de las segundas, encargadas de regular el ruido emitido por los buses de locomoción colectiva y vehículos livianos, medianos y motocicletas, establece un rango máximo de 74 a 80 dB.
Pese a la existencia de estas normativas, un estudio impulsado en 2024 por el Ministerio del Medio Ambiente mostró que un 12% de la población del Gran Santiago Urbano –850.000 personas aproximadamente– está expuesta a niveles de ruido sobre lo recomendado en el periodo diurno. Mientras que, en la noche, un 15% de las personas en la capital —alrededor de 1.000.000— están expuestas a niveles de ruido sobre lo recomendado.
Ante el problema de la contaminación acústica y su creciente impacto mundial en la salud de las personas, el Ministerio del Medio Ambiente de Chile informó en 2024 que trabajaban en una norma primaria de calidad ambiental para el ruido. La iniciativa, según informó en ese entonces la ministra Maisa Rojas, buscaría establecer niveles de calidad de ruido ambiental para proteger la salud de la población.

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