OMS aprueba un Tratado Global sobre Pandemias: Permitirá afrontar futuras crisis sanitarias

Tiempo de lectura: 2 minutos Este acuerdo histórico, suscrito por más de 190 países, busca fortalecer la prevención, preparación y respuesta mundial ante futuras emergencias sanitarias.
Tras tres años de intensas negociaciones y cinco años después del inicio de la pandemia de COVID-19, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha aprobado un Tratado Global sobre Pandemias.
El paquete de 35 artículos, aprobado en la 78ª Asamblea anual de la OMS en Ginebra, es el resultado de un complejo proceso diplomático que, aunque breve para los estándares internacionales, requirió concesiones significativas, especialmente por parte de países en desarrollo que buscan mayor equidad tras las dificultades sufridas. Este tratado pretende dotar a los Estados de herramientas y políticas robustas para futuras crisis.
La comunidad científica es clara: una nueva pandemia es inevitable, aunque su momento exacto sea impredecible. Un informe de la prestigiosa revista The Lancet, a través de su Comisión por la Salud Global, estima una probabilidad del 50% de que una pandemia, capaz de causar 25 millones o más de muertes, ocurra de aquí al año 2050.
Ante este panorama, el tratado pone un fuerte énfasis en la equidad sanitaria, comprometiéndose a garantizar un acceso justo a medicamentos, vacunas y tecnologías sanitarias durante las crisis.
Las novedades que trae el Nuevo Tratado Pandémico
Un pilar fundamental es la creación de un «Sistema de Acceso y Reparto de Beneficios» (ABS, por sus siglas en inglés). Este sistema facilitará el intercambio de patógenos y datos genéticos, asegurando que los países que aporten esta información crítica también accedan a los beneficios derivados, como vacunas y tratamientos.
En este marco, las empresas farmacéuticas que desarrollen productos a partir de esta información deberán proveer a la OMS el 20% de su producción en tiempo real: un 10% como donación y otro 10% a precios asequibles. Estos recursos serán distribuidos según la necesidad y el nivel de riesgo de los países, priorizando a los más vulnerables.
Además, se establece un mecanismo para la transferencia de tecnología y, en situaciones de emergencia, se contempla la posibilidad de suspender temporalmente derechos de propiedad intelectual, previo acuerdo entre las partes, para descentralizar la producción y asegurar un suministro más amplio.
La ruta hacia su implementación
El mecanismo concreto para el funcionamiento del Sistema ABS aún debe negociarse y detallarse en un anexo futuro. Esto incluye definir cómo se recogerán, almacenarán y repartirán los productos (vacunas o medicamentos) y qué actores gubernamentales y empresariales estarán involucrados.
Asimismo, queda por definir un mecanismo de financiación sostenible para el acuerdo; aunque se plantea la creación de un fondo internacional, su estructura, fuentes de financiamiento y la garantía de su continuidad no están detalladas.
La transferencia de tecnología y la flexibilización de patentes fueron puntos particularmente contenciosos durante las negociaciones, especialmente debido a las reticencias de países con potentes industrias farmacéuticas. El éxito real del tratado dependerá en gran medida de que se logren las garantías de acceso a la producción de insumos médicos para los países de menores recursos, un aspecto que no está plenamente resuelto.
El tratado ahora entra en fase de ratificación por los Estados miembros de la OMS y entrará en vigor una vez que sesenta países lo hayan ratificado. Es importante destacar que Estados Unidos, que inició su proceso de retiro de la OMS, no participó en la fase final de negociación y es improbable que lo ratifique, siguiendo su política habitual ante acuerdos internacionales.
Finalmente, y ante la desinformación surgida, el acuerdo establece explícitamente que no menoscaba la soberanía nacional; decisiones como confinamientos o mandatos de vacunación seguirán siendo potestad de cada país.