Hospital Clínico U. de Chile permite visitas de mascotas a pacientes críticos

Tiempo de lectura: 2 minutos Esta iniciativa pionera busca potenciar la recuperación y el bienestar emocional de los pacientes, integrando el apoyo animal bajo estrictas medidas de seguridad sanitaria.
El reencuentro entre don Carlos, paciente de 80 años de la unidad coronaria, y su perro Toby, es una imagen que resume el espíritu de un nuevo protocolo implementado por el Hospital Clínico de la Universidad de Chile. Se trata de una iniciativa interprofesional desarrollada por la Unidad de Pacientes Críticos (UPC) del establecimiento que permite la visita de mascotas a pacientes en unidades críticas.
«Antes no podía respirar», comentó emocionado el paciente, quien vio cómo su fiel compañero ingresaba a su habitación. El objetivo de este protocolo es integrar el vínculo humano-animal en el proceso terapéutico.
«Yo pienso que el de arriba me dio una oportunidad más para estar con mi hijo y con mi familia y con mi amigo. Por eso estoy muy agradecido y emocionado«, expresó don Carlos. La visita, que duró cerca de una hora, tuvo un impacto visible en su ánimo y disposición hacia el tratamiento.
Cynthia Quezada, enfermera de la UCO, relató la profunda conexión del paciente con su mascota: «Don Carlos llegó hablando de su perrito (…) se puso a llorar porque lo extrañaba mucho«. A pesar de la inestabilidad inicial del paciente, el equipo médico y de enfermería logró coordinar la visita, cumpliendo con todos los requisitos necesarios.
Protocolo humanizado con base científica
La implementación de este protocolo responde a «nuestra búsqueda constante por entregar un cuidado más humanizado«, explica el Dr. Carlos Romero, médico intensivista del Hospital y uno de los impulsores de la iniciativa. Este esfuerzo se suma a otras medidas ya existentes como la flexibilización de visitas familiares, musicoterapia y cuidados de fin de vida.
«Este protocolo nos permite dar un marco formal a algo que antes se hacía solo de forma excepcional: el reencuentro entre pacientes críticos y sus mascotas, algo que puede tener un impacto emocional muy positivo», añade el especialista.
Según el Dr. Romero, el contacto con animales de compañía está científicamente vinculado con la liberación de endorfinas y la disminución de cortisol, hormona asociada al estrés. Estos cambios fisiológicos contribuyen a reducir la ansiedad, el estrés y la sensación de soledad en los pacientes.
«Esto puede traducirse en una mejor disposición del paciente a participar en actividades de rehabilitación, y en general, a enfrentar su proceso de recuperación con mayor esperanza o, en ciertos casos, enfrentar procesos de fin de vida con más tranquilidad», puntualiza.
Criterios rigurosos para un reencuentro seguro
El protocolo establece criterios médicos, logísticos y sanitarios estrictos para garantizar una experiencia segura y beneficiosa. Esto incluye una evaluación médica del estado del paciente, el cumplimiento de requisitos veterinarios por parte de la mascota (vacunación al día, baño reciente, control de comportamiento), la firma de un consentimiento informado por parte del paciente o su representante, y la aplicación de rigurosas medidas de higiene y control de infecciones durante toda la actividad. Las visitas tienen una duración controlada, entre 30 y 60 minutos, y son supervisadas por personal de salud.
María Angélica Berasain, enfermera coordinadora de la UCI y también parte del equipo que diseñó el protocolo, subraya los desafíos logísticos, que implican asegurar «criterios muy específicos de higiene, comportamiento animal, documentación veterinaria, ingreso al recinto y supervisión directa».
Para don Carlos, la experiencia fue transformadora: «Estoy agradecido (…) Que hayan permitido que Toby viniera fue extraordinario. Es mi compañero, mi hijo. Yo sólo quiero estar un poco más de tiempo con él«.