En vivo 🟠 SEÑAL ONLINE

Estudio revela cómo la contaminación e inestabilidad política aceleran el envejecimiento biológico

Estudio revela cómo la contaminación e inestabilidad política aceleran el envejecimiento biológico

  -

Tiempo de lectura: 2 minutos Un innovador estudio internacional demuestra que factores como la contaminación, la fragilidad democrática y la inequidad económica impactan directamente en la velocidad con que envejece nuestro organismo.

Comparte:
Un equipo multinacional de científicos, encabezado por el centro BrainLat de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), ha presentado la primera evidencia a gran escala de que las condiciones estructurales de un país están profundamente arraigadas en el proceso de envejecimiento. La investigación, que analizó datos de 161.981 personas en 40 países, concluye que el lugar donde vivimos puede hacernos envejecer varios años más rápido, independientemente de nuestras decisiones de estilo de vida individuales.
El estudio, publicado en la prestigiosa revista Nature Medicine, introduce el concepto de «brecha de edad bioconductual» (BBAGs), una medida que compara la edad cronológica de una persona con la edad predicha por su salud, cognición y funcionalidad. Los resultados son claros: el entorno físico, social y político deja una huella medible en la biología.
«Nuestra edad biológica refleja el mundo en el que vivimos. La exposición a aire tóxico, inestabilidad política y desigualdad no solo afectan a la sociedad, sino que también modelan nuestra salud», explica Agustín Ibáñez, director del BrainLat UAI y líder del estudio. «Debemos dejar de pensar en la salud cerebral como una responsabilidad puramente individual y adoptar un enfoque más ecológico», añade.

El «exposoma»: cómo el entorno moldea nuestra edad biológica

El concepto central del estudio es el «exposoma», que se refiere a la suma de todas las exposiciones ambientales a las que una persona está sometida a lo largo de su vida. Utilizando inteligencia artificial y modelos epidemiológicos avanzados, los investigadores desarrollaron la métrica BBAG para cuantificar cómo este exposoma acelera el envejecimiento.
Si bien las BBAGs coinciden en gran medida con la edad real de las personas, el análisis reveló patrones sorprendentes. Se identificó un claro gradiente global, con Europa mostrando el envejecimiento más saludable, mientras que países de África, como Egipto y Sudáfrica, presentaron el más acelerado. América Latina y Asia se ubicaron en una posición intermedia.
«Esto no es una metáfora: las condiciones ambientales y políticas dejan huellas medibles en 40 países, revelando un claro gradiente de envejecimiento acelerado», afirma el Dr. Hernán Hernández, primer autor del estudio e investigador del BrainLat UAI.

De la contaminación a la democracia: los factores que envejecen

El estudio identificó diversos tipos de exposición que se relacionan directamente con un envejecimiento más rápido. Entre los más significativos se encuentran:
  • Factores físicos: La mala calidad del aire es uno de los principales contribuyentes.
  • Factores sociales: La desigualdad económica, la inequidad de género y los altos niveles de migración forzada.
  • Factores sociopolíticos: La falta de representación política, la libertad partidaria limitada, los derechos de voto restringidos y las democracias débiles.
De manera crucial, el estudio demostró que estas brechas de edad tienen consecuencias reales. Las personas con BBAGs más altas tenían una mayor probabilidad de experimentar un deterioro significativo en sus habilidades cognitivas y en su funcionalidad diaria con el paso del tiempo. «Si una persona envejece de forma saludable o acelerada depende no solo de sus decisiones individuales, sino también de sus entornos físicos, sociales y políticos», señaló Sandra Beaz, autora corresponsal del estudio.
Estos hallazgos representan un llamado de atención urgente para las políticas públicas. Para fomentar un envejecimiento saludable y reducir el riesgo de demencia a nivel mundial, las estrategias deben ir más allá de las recomendaciones individuales y abordar las causas estructurales: la desigualdad, la gobernanza y los entornos que erosionan la salud física y mental.

Te puede interesar