Estudio vincula el nacimiento prematuro y un mayor riesgo de desarrollar problemas de atención

Tiempo de lectura: 2 minutos Un estudio liderado por la Universidad de Granada (UGR) revela que los bebés nacidos antes de término son más propensos a desarrollar dificultades atencionales, destacando la importancia del seguimiento temprano.
Una reciente investigación internacional coordinada desde la Universidad de Granada (UGR) ha encendido las alarmas sobre las consecuencias a largo plazo del nacimiento prematuro. El estudio, en el que participaron científicas del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC), concluye que los bebés que nacen antes de completar la gestación tienen una mayor propensión a manifestar problemas de atención durante su desarrollo en la primera infancia.
El equipo de investigación ha descubierto que existe una correlación directa entre la edad gestacional y la capacidad de los niños para cambiar su foco de atención de un objeto a otro. Aquellos nacidos de forma prematura demostraron una mayor lentitud y variabilidad en esta tarea, en contraste con los bebés nacidos a término, cuyo rendimiento fue más consistente y predecible.
La clave está en el «desenganche» de la atención
Para llegar a estas conclusiones, los científicos emplearon una tarea experimental conocida como ‘Gap-Overlap’, diseñada para medir la capacidad de «desenganche» de la atención. La investigadora de la UGR y autora principal del trabajo, María Rosario Rueda, lo explica con una analogía: «Imagina que estás en una clase de arte, concentrada en dibujar un autorretrato en tu tableta, y de repente la profesora te pide que mires hacia la pizarra para explicar una nueva técnica. El desenganche es ese proceso de dejar de prestar atención a tu dibujo para enfocarte en la pizarra».
En el experimento participaron 35 niños de 16 meses, tanto prematuros como nacidos a término. Se midió la rapidez con la que cambiaban su atención desde un estímulo central hacia uno periférico que aparecía posteriormente. Los resultados confirmaron que el cambio atencional es más rápido cuando el primer estímulo desaparece antes de que surja el segundo (condición ‘gap’), un efecto ya conocido en la literatura científica. Sin embargo, la novedad radica en la diferencia observada según la edad gestacional.
«Dichas conclusiones nos llevan a plantear que la edad gestacional puede influir en la capacidad de niñas y niños para desenganchar su atención. Así, parece que la población más prematura es la que presenta más dificultades para dejar de mirar un estímulo central y cambiar su atención a otro diferente», añadió la investigadora María Ángeles Ballesteros Duperon, del mismo centro.
Implicaciones para el desarrollo y el aprendizaje
El proceso de desenganche atencional es una habilidad cognitiva fundamental que se empieza a desarrollar a edades muy tempranas. Esta capacidad es crucial para la flexibilidad cognitiva, el control de la atención, el aprendizaje y la regulación de las emociones. Un desarrollo adecuado de esta habilidad prepara a los infantes para afrontar con éxito los desafíos de la vida diaria y del entorno académico.
Estudios previos ya habían asociado la prematuridad con un mayor riesgo de enfrentar desafíos cognitivos a largo plazo, incluyendo dificultades motoras y de comportamiento. De hecho, algunos análisis indican que los niños prematuros tienen el doble de probabilidades de ser diagnosticados con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).