Científicos chilenos identifican microARNs capaces de frenar el cáncer de ovario

Créditos Universidad de Chile.
Tiempo de lectura: 2 minutos El equipo de investigadores del Hospital Clínico de la Universidad de Chile logró reducir la capacidad del modelo celular más agresivo en un 82,6%.
Investigadores del Hospital Clínico de la Universidad de Chile lograron un significativo avance en la lucha contra el cáncer de ovario, una de las neoplasias con menor tasa de sobrevida. El estudio demuestra que al restaurar dos microARNs específicos en células tumorales, es posible reducir drásticamente su capacidad de proliferación, invasión y resistencia a los fármacos. Este hallazgo, liderado por la Dra. Carmen Romero, abre una nueva y esperanzadora vía para el desarrollo de terapias oncológicas dirigidas.
El cáncer de ovario es conocido por su agresividad y la falta de avances terapéuticos significativos en las últimas décadas. En este complejo escenario, el equipo centró su atención en los microARNs, pequeños fragmentos de material genético que actúan como reguladores maestros dentro de nuestras células. «Durante décadas, estos fragmentos fueron considerados basura molecular, secuencias sin funciones aparentes», explica la jefa del Laboratorio de Endocrinología y Biología de la Reproducción del Hospital Clínico, Dra. Carmen Romero.
Sin embargo, hoy se sabe que los microARNs son fundamentales para mantener el equilibrio celular, ya que pueden «apagar» o reducir la producción de proteínas específicas. En una célula tumoral, este equilibrio se rompe. Proteínas oncogénicas como c-MYC (que acelera el crecimiento celular), ZEB1 (que promueve la metástasis) y ABCB1 (que expulsa los fármacos de quimioterapia) se sobreproducen sin control. El estudio, publicado en la revista Molecular Medicine Reports, se propuso restablecer ese orden.
«Es como un sistema de balanza», detalla la especialista. «En una célula sana, hay microARNs ‘buenos’ que controlan a las proteínas oncogénicas. En el cáncer, ese balance se rompe. Al reintroducir los buenos, logramos restablecer ese equilibrio«.

Las investigadoras Allison Fredes-Garrido, Maritza Garrido y Carmen Romero. Créditos Universidad de Chile.
Un tratamiento con resultados prometedores
El equipo de investigación, conformado también por Allison Fredes-Garrido, Álvaro Armijo, Gloria M. Calaf y Maritza Garrido, trabajó con tres líneas celulares de cáncer de ovario que representan distintas etapas de la enfermedad: tumor primario (A2780), células de ascitis (SKOV-3) y metástasis (OV-90). En laboratorio, reintrodujeron simultáneamente los microARNs supresores miR-145 y miR-23b en estas células.
La terapia combinada demostró ser la más eficaz para frenar los indicadores clave de agresividad tumoral. Mediante técnicas de tinción fluorescente, los científicos observaron una marcada disminución en la proliferación celular. Además, las pruebas de migración e invasión, que simulan cómo el cáncer se disemina a otros tejidos, mostraron reducciones drásticas.
En el modelo celular más agresivo (SKOV-3), la capacidad de invasión disminuyó en un impresionante 82,6%, mientras que la migración se redujo en un 68%. Este freno en el comportamiento tumoral se correlacionó directamente con una caída en los niveles de las proteínas dañinas: c-MYC, ZEB1 y ABCB1 disminuyeron hasta en un 76%.
Aunque este es un avance fundamental a nivel celular, el equipo ya trabaja en el siguiente paso. «El gran desafío ahora es transformar este hallazgo en un tratamiento dirigido2, concluye la Dra. Romero. «No basta con que el microARN funcione en el laboratorio: queremos que llegue directamente al tumor sin afectar otros tejidos. Esa es nuestra próxima meta».