Cansancio, soledad y estrés: el precio invisible que pagan los chilenos por su salud mental

Tiempo de lectura: 4 minutos En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, las cifras muestran que, aunque existen avances en el país, un 24% de los chilenos declaró sentirse muy solo, cifra que aumenta a un 28% en mujeres.
En una realidad que afecta a más de mil millones de personas con trastornos de salud mental, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el llamado de este organismo es a ampliar los servicios, la inversión y fortalecer la atención de la población mundial.
El informe «World Mental Health Today» y «Mental Health Atlas 2024» dan cuenta de la situación a nivel mundial, donde trastornos como la ansiedad y la depresión no solo generan costos humanos, sino también un impacto económico billonario, haciendo de la salud mental un desafío para la salud pública. Un dato alarmante es sobre el suicidio, que en 2021 causó alrededor de 727 mil muertes y sigue siendo una de las principales causas de muerte entre los jóvenes.
Por otro lado, la falta de inversión ha puesto en jaque este ámbito: según la OMS, el gasto público en salud mental se mantiene estancado en el 2% del presupuesto total de salud desde el 2017. Esta cifra es aún más crítica si se observan las disparidades: mientras los países de ingresos altos invierten 65 USD por persona ($61 mil pesos chilenos), los de ingresos bajos dedican 0,04 USD.
¿Cómo es la situación en Chile?
La realidad chilena también enfrenta desafíos clave. En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, las cifras reveladas por un estudio de Global Activa Research y WIN que incluyó 35.515 entrevistas en 40 países bajo la norma internacional ISO 20252, destaca que un 37% de los chilenos ha experimentado estrés frecuente durante el último mes, cifra que se eleva a un 48% entre las mujeres.

Comparación de cifras en Chile y el mundo. Créditos: ACTIVA.
El estudio no solo se centró en el estrés, sino que también exploró otras dimensiones del bienestar emocional. El 41% de los chilenos se siente «muy frecuentemente/frecuentemente cansados o faltos de energía«.
Al igual que con el estrés, las mujeres son quienes más sufren de esta sensación (49%) en comparación con los hombres (33%). Sorprendentemente, el grupo de 25 a 34 años es el que más reporta este cansancio (47%), una diferencia notable frente a los mayores de 65 años (20%).
Uno de los hallazgos más preocupantes es que un 24% de los chilenos se sintió solo muy frecuentemente o frecuentemente en el último mes. Las mujeres (28%) también lideran en este aspecto frente a los hombres (20%), y el grupo socioeconómico C3 es el que más ha experimentado esta emoción.
Crece la preocupación y sus consecuencias
Por otro lado, el Informe de Servicio de Salud 2025 de Ipsos, que encuestó a más de 23 mil personas en 30 países, destaca que Chile alcanza su punto álgido. Un 68% de los chilenos identifica la salud mental como su principal problema de salud, superando el promedio global del 45%. Este panorama se traduce en conductas concretas: un 28% de los chilenos ha tomado medicación relacionada con la salud mental, y un 27% ha buscado apoyo psicológico o psiquiátrico, cifras que superan en 10 puntos el promedio mundial.
Otro punto clave es que un 70% de los encuestados ha experimentado episodios depresivos, sintiendo tristeza o desesperanza casi todos los días. El estrés diario ha afectado al 78% de la población, llevando a un 52% a la incapacidad de asistir a su trabajo al menos en una ocasión.

Situación general en Chile. Créditos: Ipsos.
Más allá de la salud mental, el estudio también arroja luz sobre las deficiencias del sistema sanitario chileno. El principal problema identificado tanto a nivel global (47%) como local (60%) es el acceso a tratamientos y los largos tiempo de espera. Chile se posiciona como el cuarto país con esta problemática, solo superado por Polonia, Hungría e Italia.
Los costos de acceso al tratamiento representan la segunda barrera más relevante, siendo mencionada por el 43% de los chilenos. La escasez de profesionales de la salud (34%) y la burocracia (30%) completan el cuadro de obstáculos.
Crisis silenciosa del apoyo
En paralelo a la preocupación por las cifras de salud mental, emerge una crisis subyacente y silenciosa: la falta de preparación y el desgaste emocional de quienes acompañan a personas con problemas de salud mental.
De acuerdo con el Primer Estudio sobre Acompañantes de Salud Mental en Chile, realizado por Simplicity y Provokers, siete de cada diez chilenos han acompañado a alguien con depresión o ansiedad, pero la mayoría carece de herramientas. Adicionalmente, un 54,1% de los cuidadores reconoce que su propia salud mental se ha visto deteriorada en el proceso.
La tarea de acompañar es percibida como «muy difícil» por el 86% de los encuestados, pero solo el 17,5% ha recibido algún tipo de capacitación formal. La mayoría aprende «en el camino» o busca información de forma autodidacta, sin una guía estructurada ni apoyo especializado. Además, un 31% se siente afectado por la falta de apoyo emocional, cifra que se eleva al 40% en el caso de las mujeres, evidenciando una carga desproporcionada.
Por primera vez Chile cuenta con campaña de salud mental
En este contexto, el Ministerio de Salud lanzó «Estigmatizar cierra puertas. Abramos la conversación a la salud mental», la primera campaña de salud mental que busca transformar la «cultura del silencio» en una de diálogo y apoyo. Con un mensaje central, se espera sensibilizar sobre este estigma y fomentar la importancia de establecer conversaciones.
Pese a que el desafío persiste, uno de los avances objetivos es la línea gratuita *4141, disponible para todas las personas, con atención 24/7.
Según cifras del Minsal, la red de salud pública contempla a más de un millón de personas en control y más de 4,8 millones de atenciones ambulatorias anuales, superando en más de un millón y medio las registradas en 2021.
Como parte de la visibilización de la salud mental, el programa Salud Mental al Día, disponible en YouTube, aborda los distintos desafíos y la importancia del acompañamiento en los procesos de recuperación.