SAMSO: La iniciativa chilena que transforma el ejercicio físico en energía
Tiempo de lectura: 3 minutos Su creador, el profesor de educación física y exestudiante de la Universidad de Playa Ancha, Maverick Gayoso Chavarría, busca convertir la dependencia digital en algo productivo.
Frente al desafío de mejorar la calidad de vida e impulsar la actividad física, el profesor de Educación Física de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), Maverick Gayoso Chavarría, comenzó un innovador proyecto que busca transformar la dependencia digital en un beneficio para los usuarios.
Se trata de SAMSO, un mobiliario urbano que, a través del pedaleo, genera energía para cargar los dispositivos móviles de las personas, incentivando el movimiento físico. En conversación con la UPLA, Gayoso destacó que este proyecto cuenta con instalaciones en diversas comunas del país y en el extranjero, consolidando una valiosa oportunidad para extenderse al mercado.

Maverick Gayoso.
«El proyecto nació buscando incentivar la actividad física en las personas. Notamos que estaban estas máquinas de ejercicio por todos lados, como en estas plazas saludables, pero veíamos que en la práctica terminaron siendo casi un adorno en dichos lugares (…). Se gastan muchos recursos en eso, en promedio son como 30 millones de pesos por plaza saludable», señaló el profesor a la casa de estudios.
¿Cómo funciona SAMSO?
En detalle, el dispositivo consiste en una pedalera anclada, con un espacio para conectar el celular. Cuando el usuario pedalea, genera energía. «El enganche es justamente ese, para que puedas obtener energía para tu teléfono, que probablemente con tanto uso diario se te agota, tienes que moverte un poco».
«Nuestros principales clientes son los municipios, quienes habilitan estos espacios en el entorno público. Participamos en licitaciones a través de ellos. También hemos tenido muchos casos donde privados se interesan, como empresas o universidades que buscan hacer sus espacios comunes más atractivos e instalan este tipo de mobiliario», añade Gayoso.
Con cerca de 50 módulos instalados y marcando presencia en 15 comunas desde Valparaíso hasta Punta Arenas, esta innovación ha captado la atención de distintos actores tanto del sector público como privado. «No he invertido casi nada en marketing, porque las veces que lo he hecho llegan muchos pedidos y no me da capacidad«, revela.
El impulso definitivo para iniciar SAMSO, como recuerda Gayoso, fue su formación técnica en electrónica que obtuvo durante su enseñanza media. A medida que cursó su carrera profesional, supo unir su interés por la tecnología con la educación física y la formulación de proyectos.
«Participé en varios proyectos internos de la universidad, con municipios. Ahí entendí la lógica de cómo postular a un financiamiento, pero en realidad lo que quería después era algo propio. Entonces, empecé con el emprendimiento y junté un poquito ambos mundos, la electrónica con la actividad física», relata Gayoso.
Próximos desafíos
Ahora, el desafío para el profesor es alcanzar la distribución del dispositivo a otras fronteras, algo que se ve un tanto obstaculizado por los altos costos de transporte y el peso del pedal. «Hicimos uno muy resistente, aguanta bien, pero es muy pesado, entonces, el costo de envío es muy alto y eso desincentiva un poco la exportación».
«Operamos desde Viña del Mar. La mayoría de nuestros proveedores están entre Santiago, Estados Unidos y China. Queríamos hacer todo en Chile, pero es muy caro y lento para construir estructuras metálicas o piezas mecánicas. Chile tiene la capacidad, pero trabajan cien por ciento para la minería. Si no les haces un pedido gigante de miles de unidades, no te toman en cuenta. Los chinos, en cambio, si les pides dos, con la promesa de que si te va bien en unos años podrías hacer varias, te aceptan, son más rápidos y baratos«, destaca.