Científicos revelan el misterio detrás del pelaje naranjo de algunos gatos

Tiempo de lectura: 2 minutos Un estudio de la Universidad de Stanford revela una mutación genética única en el cromosoma X, que no solo otorga su característico color a estos felinos, sino que también explica por qué es una tonalidad mucho más frecuente en los machos.
Científicos de la Universidad de Stanford identificaron una mutación genética específica en el cromosoma X de los gatos naranjas, lo que explicaría por qué este vibrante color es más frecuente en machos, sino también por qué su mecanismo genético es único entre los mamíferos.
El hallazgo, publicado en la revista Current Biology y liderado por el Dr. Christopher Kaelin, establece una conexión directa entre el cromosoma X de los felinos y la tonalidad anaranjada de su manto. Aunque otros mamíferos, como tigres o incluso humanos pelirrojos, presentan este color, la investigación subraya que «en ninguno de esos casos está relacionado con el sexo«, como sí ocurre en los gatos.
La clave de esta particularidad reside en la genética sexual de los mamíferos. Las hembras poseen dos cromosomas X (XX), mientras que los machos tienen un cromosoma X y uno Y (XY). La mutación genética responsable del color naranja, apodada «naranja ligado al sexo«, se localiza específicamente en el cromosoma X. Esto implica que un gato macho solo necesita heredar esta mutación en su único cromosoma X para lucir un pelaje completamente naranja.
En contraste, para que una gata sea enteramente naranja, debe heredar la mutación en ambos cromosomas X, un evento estadísticamente menos probable. «Las gatas con una sola copia de la mutación muestran un pelaje parcialmente naranja con un patrón moteado conocido como ‘carey’, o con parches de naranja, negro y blanco conocidos como ‘calicó'», explican los investigadores.
Este descubrimiento finalmente da respuesta a una «excepción genética identificada hace más de cien años«, según Kaelin, que permanecía sin explicación científica.
Arhgap36: El gen que estaría detrás del color naranja
Para llegar a esta conclusión, el equipo científico analizó alrededor de cincuenta variantes del cromosoma X compartidas por gatos naranjas, descartando aquellas presentes en felinos de otros colores. El gen protagonista resultó ser Arhgap36, una proteína activadora que, sorprendentemente, no se había relacionado previamente con la pigmentación.
«Arhgap36 no se expresa en células pigmentarias de ratones, humanos o gatos no naranjas», afirmó Kaelin. «Sin embargo, la mutación en los gatos naranjas parece activar la expresión de Arhgap36 en la célula pigmentaria». Este fenómeno es descrito por el coordinador del estudio como «muy inusual».
Aunque la mutación influye decididamente en el color del pelaje, el estudio no encontró evidencia de que la expresión de Arhgap36 afecte otros tejidos no relacionados con la piel.
Gatos naranjas: ¿Más traviesos?
Respecto a la popular creencia de que los gatos naranjas son particularmente traviesos o «agentes del caos», Kaelin ofrece una perspectiva interesante: «No creo que podamos descartar por completo la posibilidad de que haya una expresión alterada del gen en algún tejido que no hayamos probado y que pueda afectar al comportamiento. Pero creo que la fama de los gatos naranjas como adorables agentes del caos se debe más bien al hecho de que la mayoría de ellos son machos«.
En esta investigación colaboraron, además de la Universidad de Stanford, miembros de la Universidad de Brown (Rhode Island), el Laboratorio Nacional Frederick para la Investigación del Cáncer y la Universidad de Auburn (Alabama).