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Humanos fabricaban herramientas con huesos de ballena hace 20.000 años

Humanos fabricaban herramientas con huesos de ballena hace 20.000 años

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Tiempo de lectura: 2 minutos El descubrimiento arroja nueva luz sobre la interacción de nuestros ancestros con los grandes cetáceos y la ecología marina de la última Edad de Hielo.

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Un equipo internacional de científicos descubrió en el Golfo de Vizcaya, España, que los humanos prehistóricos fabricaban herramientas con huesos de ballena hace al menos 20.000 años.
El estudio, liderado por el Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia (CNRS) y el Museo Nacional de Historia Natural francés, contó con la participación de destacados centros de investigación y universidades españolas del País Vasco, Cantabria, Cataluña, Castilla y León y Asturias. 
Los investigadores analizaron cerca de doscientas herramientas óseas, principalmente encontradas en yacimientos del Golfo de Vizcaya y en la emblemática Cueva de Santa Catalina, en Lekeitio (País Vasco). Utilizando una combinación de técnicas avanzadas que incluyen arqueología, proteómica (análisis de proteínas), análisis de isótopos estables y datación por radiocarbono, el equipo logró una visión sin precedentes de la interacción entre seres humanos y grandes cetáceos al final de la última glaciación, específicamente durante el periodo Magdaleniense, hace entre 20.000 y 14.000 años.

Esteban Álvarez Fernández, catedrático de Prehistoria de la Universidad de Salamanca y uno de los investigadores españoles del proyecto, precisó que los huesos de cetáceos eran utilizados principalmente como materia prima para la fabricación de armas arrojadizas. Aunque durante el Magdaleniense predominaba el uso de astas de ciervo o reno, el tamaño de los huesos de ballena suponía una ventaja significativa, permitiendo elaborar útiles y armas de mayor calibre.

Los científicos sugieren que estos grupos humanos, descritos como «cazadores-recolectores-mariscadores», no cazaban activamente a las ballenas, sino que aprovechaban los ejemplares varados en las costas durante sus frecuentes visitas para recolectar moluscos como lapas y bígaros, utilizando su carne, grasa y, como ahora se confirma, sus huesos.

Un ecosistema marino transformado

El análisis de los restos óseos reveló la presencia de especies como cachalotes, rorcuales comunes, ballenas azules y ballenas francas o de Groenlandia, algunas de las cuales aún habitan el Golfo de Vizcaya. Sin embargo, un hallazgo sorprendente fue la identificación de restos de ballenas grises, una especie que actualmente se limita al Pacífico Norte y al Ártico. Este dato es crucial, ya que indica un ecosistema marino muy diferente al actual.

Hace 20.000 años, el nivel del mar estaba entre 80 y 100 metros más bajo que en la actualidad, y la temperatura del agua era considerablemente inferior. Esto conformaba un ecosistema en el Golfo de Vizcaya más similar a los de latitudes más frías, lo que explica la mayor variedad de cetáceos, incluyendo especies hoy ausentes.

Las técnicas de análisis empleadas han revelado datos ecológicos que sugieren hábitos alimentarios y cadenas tróficas propias de ecosistemas más fríos, pero también más ricos y variados.


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