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UC estrena el primer circuito de baños de bosque en un campus universitario de Chile

UC estrena el primer circuito de baños de bosque en un campus universitario de Chile

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Tiempo de lectura: 2 minutos La casa de estudios inauguró en el campus San Joaquín un pionero circuito gratuito de Baños de Bosque que guía a los usuarios en una experiencia de conexión profunda con la naturaleza para aliviar el estrés.

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La Pontificia Universidad Católica de Chile inauguró el primer circuito de baños de bosque en un campus universitario de Chile y América Latina. La iniciativa, ubicada en el Campus San Joaquín, busca ofrecer un espacio de pausa y bienestar para combatir el estrés y mejorar la salud mental de su comunidad y visitantes, a través de experiencias inmersivas y gratuitas en la naturaleza.

Desarrollado por el Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad (CAPES UC) y la Cátedra de Biodiversidad y Desarrollo Sostenible (CMPC UC), esta innovadora propuesta se traduce en un recorrido autoguiado en base a tres tótems estratégicamente ubicados en las áreas verdes del campus.

Cada tótem funciona como una estación de bienestar. A través de un teléfono móvil, los usuarios pueden escanear códigos QR que los dirigen a una serie de audios guiados en Spotify. Estas pistas sonoras, de no más de 15 minutos, proponen experiencias multisensoriales de atención plena, inspiradas en la práctica japonesa del Shinrin Yoku o «Baño de Bosque». El objetivo es simple pero profundo: estimular los cinco sentidos y activar el sistema nervioso parasimpático, responsable de inducir estados de calma y reducir el estrés.

«El bienestar de estudiantes, académicos y funcionarios es fundamental. Esta experiencia busca precisamente generar pausas conscientes en medio del ajetreo universitario, recordándonos que la naturaleza también habita aquí«, explica Rosanna Ginocchio, directora de CAPES UC.

Beneficios para la mente y el ecosistema

La efectividad de los Baños de Bosque no es solo una creencia, sino que está respaldada por una creciente evidencia científica. Según Ginocchio, estas prácticas generan un doble beneficio en la relación entre las personas y la naturaleza. Por un lado, ayudan a los habitantes de la ciudad a reconectar con su entorno natural, fomentando su valoración y cuidado. Por otro, la naturaleza misma actúa como un agente terapéutico.

«La naturaleza nos ayuda a autorregularnos a través de diversos mecanismos, como enlentecer y profundizar la respiración e inhalar algunos químicos de las plantas y del suelo que son benéficos para entrar en estados de calma y de bienestar físico y emocional», detalla la académica. Además, se ha demostrado que estas prácticas fortalecen la cohesión social y el sentido de comunidad, aspectos clave para el bienestar colectivo en un entorno como el universitario.

Para hacer la experiencia aún más auténtica, todas las guías sonoras fueron grabadas en el mismo campus, capturando los sonidos de las aves que lo habitan, el murmullo del agua en las piletas y el susurro del viento entre los árboles.

El acceso al circuito es completamente gratuito y no requiere inscripción previa. Solo se necesitan audífonos y un teléfono con conexión a internet para sumergirse en esta experiencia restauradora. La invitación es clara: hacer una pausa, respirar y reconectar con la naturaleza en medio del ajetreo de la vida universitaria y urbana.


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