Fotografías ganadoras de concurso «Ojo de Pez 2025» muestran la belleza de los ecosistemas acuáticos
Tiempo de lectura: 3 minutos Organizado por la Universidad Austral de Chile, el certamen reveló las impactantes imágenes que cautivaron a casi 2.000 votantes, destacando la belleza y la vulnerabilidad de la vida marina y dulceacuícola del país.
El concurso fotográfico «Ojo de Pez» anunció a los ganadores de su duodécima edición. La iniciativa, organizada por el Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) y el Instituto de Ciencias Marinas y Limnológicas (ICML) de la Universidad Austral de Chile (UACh), recibió más de 200 fotografías de diversas regiones del país que destacan la inmensa biodiversidad de los ecosistemas acuáticos chilenos.
Un selecto jurado, compuesto por expertos en divulgación científica y fotografía, eligió a 32 finalistas entre 83 participantes. El gran ganador del certamen fue el fotógrafo Pablo Guerrero con su obra «Día Estrellado«, una imagen que inmortaliza, bajo las aguas de caleta El Membrillo en la región de Valparaíso, un vibrante grupo de estrellas de mar reposando entre las rocas.
«La tremenda respuesta del público, con casi 2.000 votantes, nos confirma que el cuidado de nuestros mares y ríos es un tema que une. La imagen ganadora de Pablo Guerrero es un reflejo de ese mundo que la gente valora y quiere conservar», explicó el Dr. José Garcés-Vargas, coordinador general del concurso e investigador del Centro IDEAL.
Los ganadores del Ojo de Pez 2025
En la categoría Flora y Fauna Acuática, la diversidad chilena brilló con fuerza. El primer lugar fue para Marcelo Rojas con «Nudibranquio joya entre anémonas», que muestra al difícil de avistar Janolus rebeccae en Bahía Inglesa. Rojas destacó que «es la única vez que he tenido la oportunidad de verlo en los 13 años que llevo sumergiéndome en las profundidades del mar».
El segundo puesto recayó en Mauricio Ergas con «Pupito de Juan Fernández«, resaltando la riqueza de las loberías de la Isla Robinson Crusoe y al lobo fino de Juan Fernández (Arctophoca philippii), especie endémica del archipiélago. El tercer lugar fue para Raúl San Martín y su «Espalda de Fuego«, capturando la intensidad del color del Phidiana lottini, un molusco gasterópodo marino común en las costas de Chile y Perú.
De la Antártica a Los Ríos
En la categoría Ambientes Antárticos y Subantárticos, Felipe Molina obtuvo el primer y segundo lugar con «Madre del hielo antártico que entrega el calor de la vida» y «Te Miro». Ambas fotografías reflejan la vida en los extremos del continente blanco, desde pingüinos papúas alimentando a sus crías hasta la imponente presencia de una foca de Weddell.
Joaquín Rivera se llevó el tercer lugar con «Reyes del fin del mundo«, un retrato que resalta la conservación del pingüino Rey en las costas australes de Chile.
En la categoría Paisaje, Trabajo y Conservación Acuática, las imágenes confrontaron la belleza natural con la huella humana. Miguel Guamparito obtuvo el primer lugar con «Sobreviviente en un paisaje herido», una obra que, según el autor, muestra «la naturaleza, las grandes industrias y el cultivo artesanal» en una lucha por sobrevivir.
El segundo lugar fue para Alex Maldonado con «Habitando entre lo que el humano olvidó«, una cruda imagen de aves alimentándose entre desechos humanos. Finalmente, «Última esperanza de la centolla» de Gaspar Ramírez, que exhibe trampas centolleras, se llevó el tercer lugar, evidenciando la presión sobre este valioso recurso.
El premio especial Región de Los Ríos fue para Mauricio Soto con «Período de crianza», una tierna fotografía de una gaviota dominicana con sus pichones en la playa de Bonifacio.
El veredicto del público
El Premio del Público, donde 1.960 personas de todo el país emitieron su voto, también celebró la diversidad marina. Josefa Segovia con «Saltos de mar» obtuvo el tercer lugar, mientras que Javier Aguirre con «Encuentros» se llevó el segundo puesto. El gran ganador de esta categoría fue Eduardo Hernández con su impactante imagen «Ballena jorobada alimentándose».
«La expansión de sus pliegues ventrales mientras se alimentaba resalta su enormidad, siendo una de las más grandes de los océanos», detalló Hernández.