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Estudio de ADN revela que el gato doméstico llegó a Europa más tarde de lo que se creía

Estudio de ADN revela que el gato doméstico llegó a Europa más tarde de lo que se creía
EFE.

Cooperativa Ciencia,

Tiempo de lectura: 2 minutos El gato doméstico se habría expandido masivamente por el continente recién en la época romana y procedente del norte de África.

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Durante décadas, la comunidad científica sostuvo que los gatos domésticos llegaron a Europa acompañando a los primeros agricultores del Neolítico desde el Próximo Oriente, hace unos 10 mil años, para proteger las cosechas de los roedores. Sin embargo, un nuevo estudio genético demuestra que este felino llegó a Europa mucho después, hace apenas 2 mil años, impulsado por las rutas comerciales del Imperio Romano.

La investigación, publicada en la revista Science y que cuenta con la participación de la arqueozoóloga Marta Moreno del Instituto de Historia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), analizó el ADN nuclear de 70 gatos antiguos hallados en yacimientos de Europa y Anatolia, comparándolos con gatos silvestres modernos.

El rol del Imperio Romano y el norte de África

Los resultados del estudio identifican al norte de África como el verdadero motor de la expansión del gato doméstico, descartando la idea de un proceso lineal desde el Oriente Próximo. Según los investigadores, la llegada del felino a Europa ocurrió en dos oleadas diferenciadas, siendo la segunda la definitiva para la configuración del gato moderno.

La primera oleada se documenta en el primer milenio a.C., específicamente en Cerdeña, donde un linaje del noroeste africano dio origen a poblaciones de gatos silvestres. No obstante, la verdadera domesticación y expansión masiva se produjo mucho después, a partir del siglo I a.C.

«Es con los romanos cuando se produce esa expansión del gato doméstico por Europa», explica Marta Moreno. Los felinos viajaron a bordo de las naves romanas y a través de sus extensas redes militares y comerciales, extendiéndose por el Mediterráneo, Europa central e incluso llegando a Britania. Fue Roma, y no las primeras sociedades agrícolas, la encargada de introducir al gato en los hogares europeos.

Descartando la hipótesis del Neolítico

El hallazgo cuestiona evidencias arqueológicas previas, como el famoso entierro conjunto de un humano y un gato en Chipre (datado hacia el 7500 a.C.), que durante años se utilizó como prueba de una domesticación temprana.

El nuevo análisis genómico aclara que aquellos felinos recuperados en yacimientos del Neolítico y Calcolítico en el sureste de Europa eran, en realidad, gatos silvestres. Si bien sus antepasados habían hibridado con gatos africanos no domesticados, no eran genéticamente domésticos. Esto sugiere que la relación humano-gato fue un fenómeno mucho más complejo y posiblemente «multicéntrico» dentro del norte de África, y no un evento único de domesticación.

El estudio también aborda la interacción entre linajes. La hibridación genética entre gatos domésticos y silvestres fue limitada durante la época romana, pero se intensificó notablemente en la Edad Media, un fenómeno que continúa hoy y que tiene implicancias directas para la conservación del gato montés europeo (Felis silvestris).

Para los autores, este trabajo subraya la importancia de conservar y analizar los restos faunísticos en las excavaciones.


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