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Estudio revela que una dieta saludable mejora el rendimiento en matemáticas

Estudio revela que una dieta saludable mejora el rendimiento en matemáticas

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Tiempo de lectura: 2 minutos Un nuevo estudio destaca la importancia de una nutrición adecuada durante la infancia para el desarrollo cerebral y el aprendizaje.

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Una reciente investigación en Chile ha puesto de manifiesto la relación entre una alimentación y desarrollo cognitivo. El estudio «Perfil dietario y habilidades cognitivas en escolares chilenos» demostró cómo una buena nutrición puede ser el factor diferencial en el rendimiento académico, especialmente en áreas como el cálculo y la resolución de problemas matemáticos.

Basado en la Tercera Encuesta Longitudinal de Primera Infancia 2017, la investigación desarrollada por la Universidad San Sebastián (USS), Universidad Católica del Maule y Universidad Mayor, encontró asociaciones significativas entre un mejor perfil dietario y mayores puntajes en subpruebas de cálculo y problemas aplicados.

«Nuestro hallazgo establece que la calidad de la dieta podría afectar específicamente en las habilidades cognitivas involucradas en distintas tareas matemáticas, favoreciendo aquellas que demandan procesos cognitivos más complejos, como memoria de trabajo, atención sostenida y funciones ejecutivas, esenciales en la resolución de problemas y en cálculos escritos», explica David San Martín, investigador de la escuela de Obstetricia USS y uno de los autores del estudio.

Cómo impacta una dieta deficiente en el desarrollo cognitivo

La investigación, que incluyó una muestra de 10.132 niños y niñas chilenos de entre 7 y 11 años, también arrojó luz sobre el lado negativo de una alimentación inadecuada.

Los niños con un perfil de dieta más deficiente, caracterizado por un bajo consumo de frutas, verduras, legumbres, pescado y lácteos, y una alta preferencia por bebidas azucaradas y snacks con altos niveles de nutrientes críticos (azúcares, grasas y sodio), obtuvieron puntajes significativamente menores en problemas aplicados y cálculo.

Esto contrasta drásticamente con los resultados de aquellos que mantenían dietas más saludables, lo que sugiere un impacto directo y perjudicial de la mala alimentación en el rendimiento académico.

La explicación de esta relación radica en mecanismos fisiológicos bien documentados. Nutrientes esenciales como los ácidos grasos omega-3, el hierro y el zinc son fundamentales para el desarrollo cerebral infantil. Dietas ricas en estos componentes promueven un mejor funcionamiento cerebral, potenciando funciones ejecutivas, memoria de trabajo y atención.

Por el contrario, dietas altas en azúcares y grasas saturadas han sido asociadas con inflamación cerebral, estrés oxidativo y una menor eficiencia cognitiva.

«Esta base biológica respalda la hipótesis de que una mejor calidad de la dieta podría optimizar específicamente aquellas capacidades necesarias para resolver problemas y realizar cálculos escritos», añadió el investigador de la facultad de Ciencias para el Cuidado de la Salud USS.


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