Descubren que mascotas pueden portar bacterias resistentes a antibióticos humanos
Tiempo de lectura: 2 minutos Una investigación de la Universidad de Chile identificó la presencia de Escherichia coli resistente en perros domésticos y el riesgo de transmisión a personas.
Un estudio liderado por la profesora Lisette Lapierre de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias (FAVET) de la Universidad de Chile reveló que perros domésticos, aparentemente sanos, pueden ser portadores y transmisores de bacterias resistentes a antibióticos humanos.
El equipo de FAVET, integrado por Carlos Alejandro Zelaya, Gabriel Arriagada, Rosario Medina, Beatriz Escobar, Fernando Sánchez, Nicolás Galarce y la profesora Lapierre, analizó muestras fecales de 263 perros en la Región Metropolitana.
«Casi uno de cada cinco perros analizados portaba cepas de Escherichia coli resistentes a antibióticos de uso crítico en salud humana», explica Lapierre. El hallazgo no solo destaca un riesgo de transmisión de animales a personas, sino también la posibilidad inversa, dado que compartimos una microbiota similar con las mascotas.
Clínicas y criaderos: focos de bacterias resistentes
La investigación de la Universidad de Chile identificó dos entornos donde los perros tienen un mayor riesgo de adquirir estas bacterias resistentes. Los canes hospitalizados en clínicas veterinarias presentaron cuatro veces más probabilidades de portar bacterias resistentes. Pero el factor de riesgo más alarmante se encontró en los criaderos y tiendas de mascotas: los perros adquiridos en estos lugares tuvieron seis veces más riesgo que los adoptados.
«En algunos criaderos se administran antibióticos preventivos a cachorros que ni siquiera están enfermos, solo para asegurar su venta«, advierte la profesora Lapierre. El problema de esta práctica es que puede seleccionar cepas bacterianas resistentes que luego se introducen en los hogares, poniendo en riesgo la salud de las familias.
Esta evidencia ya ha captado el interés del Ministerio de Salud, que busca integrar estos resultados científicos en futuras regulaciones sobre el uso de antimicrobianos en animales de compañía y en las medidas de bioseguridad en establecimientos veterinarios.
«Una Salud» para enfrentar la resistencia antimicrobiana
El estudio también detectó que los perros que convivían con profesionales de la salud (médicos, enfermeros, veterinarios) mostraron una menor probabilidad de portar estas bacterias. Esto sugiere que los hábitos de higiene y un uso más racional de los antibióticos en estos hogares marcan la diferencia. Los perros con contacto ocasional con otros animales en parques o paseos también evidenciaron menor resistencia bacteriana, un fenómeno que los investigadores atribuyen a una posible diversificación de la microbiota.
La profesora Lapierre enfatiza que la resistencia a los antimicrobianos es uno de los mayores desafíos sanitarios del siglo XXI, y su prevención debe abordarse bajo el enfoque «Una Salud» (One Health), que integra la salud humana, animal y ambiental como un sistema interdependiente. «Si seguimos usando antibióticos sin diagnóstico ni control, llegará un momento en que no tendremos medicamentos eficaces ni para humanos ni para animales», advierte.
El estudio concluye que una tenencia responsable de mascotas, junto con una regulación más estricta del uso de antimicrobianos en la práctica veterinaria, son pasos fundamentales para frenar la propagación de estas bacterias. «No se trata de tener miedo a los animales, sino de asumir que vivimos conectados. La salud de ellos es también la nuestra», finaliza Lapierre, haciendo un llamado a la conciencia y la acción.