Estudio revela que los «desechos» del calafate son hasta mil veces más potentes que su jugo
Tiempo de lectura: 2 minutos Una investigación demostró que la cáscara y la fibra del calafate, que usualmente se descartan, contienen antioxidantes insolubles con una capacidad protectora muy superior a los extractos tradicionales.
El calafate (Berberis microphylla), el emblemático fruto morado de la Patagonia chilena, es reconocido mundialmente por su extraordinario valor nutricional. Sin embargo, su procesamiento industrial para jugos y mermeladas genera una gran cantidad de residuos: cáscaras, semillas y pulpa rica en fibra que terminan en la basura.
Un estudio liderado por académicos del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile reveló que estos subproductos no son desechos, sino una fuente concentrada de compuestos antioxidantes altamente bioactivos que pueden ser hasta mil veces más efectivos a nivel celular que los extractos solubles del fruto.
El foco de la investigación, publicada en la revista Food Research International, se centró en los compuestos fenólicos «insoluble-bound». A diferencia de los polifenoles solubles que se absorben rápidamente en el intestino delgado, estos se encuentran químicamente unidos a la fibra vegetal.
Antioxidantes que llegan al colon
Esta unión les otorga una ventaja para la salud: permiten que los antioxidantes atraviesen casi intactos el sistema digestivo hasta llegar al colon. Allí, son liberados y biotransformados por la microbiota intestinal, ejerciendo un efecto protector local mucho más robusto.
«Los polifenoles unidos a la fibra han sido tradicionalmente subestimados. Sin embargo, esa característica es la que les permite eludir la digestión y ser biotransformados y/o liberados por la microbiota intestinal, donde pueden ejercer efectos locales mucho más potentes«, explica Alina Concepción Álvarez, estudiante del Doctorado en Nutrición y Alimentos y parte del equipo investigador.
Mediante el uso de modelos de células intestinales humanas, el equipo —integrado también por los doctores Adriano Costa de Camargo y Omar Porras— comparó la eficacia de estos compuestos. Los resultados mostraron que se necesitó una dosis mil veces menor de la fracción insoluble para obtener el mismo efecto protector frente al estrés oxidativo que los extractos convencionales.
Hacia una economía circular en la industria agroalimentaria
Este hallazgo, enmarcado en el proyecto FONDECYT Regular 1220470, no solo tiene implicancias en la salud intestinal y metabólica, sino que propone un cambio de paradigma para la economía nacional. Chile genera anualmente toneladas de residuos agroindustriales que, gracias a este tipo de ciencia aplicada, podrían transformarse en ingredientes de alto valor agregado.
El Dr. Adriano Costa de Camargo destaca que Chile tiene una oportunidad para valorizar su biodiversidad local. «Subproductos que pueden transformarse en ingredientes de alto impacto, reduciendo desechos y generando nuevas cadenas de valor basadas en biodiversidad local», señalan desde el equipo de investigación.
El estudio también contó con la colaboración de científicos de la Universidad de Almería (España) y la Universidad de São Paulo (Brasil).