El científico chileno detrás del “cerebro artificial” que procesará datos del Observatorio Vera Rubin

Tiempo de lectura: 2 minutos El astrónomo chileno Francisco Förster se enfrenta a una misión monumental: gestionar el “diluvio de datos” que generará el Observatorio Vera C. Rubin con su cámara de 3.200 megapíxeles, la más potente del mundo.
Recientemente, el Observatorio Vera C. Rubin hizo noticia al revelar las primeras imágenes del universo, capturadas con un sensor de 3.200 megapíxeles que la consagró como la cámara digital más grande del mundo. Su misión es ambiciosa: estudiar en tiempo real desde explosiones de supernovas y agujeros negros supermasivos, hasta asteroides y cometas nunca antes vistos.
Esta gran capacidad trae consigo un gran desafío: gestionar un torrente de información. Para lograrlo, la ciencia chilena asumirá un rol protagónico con ALeRCE (Aprendizaje Automático para la Clasificación Rápida de Eventos) que dará respuesta al diluvio de datos cósmicos. Se trata del bróker que representará a Chile y a la región Latinoamericana en el análisis de datos y que está a cargo del director del Instituto Milenio de Astrofísica (MAS), Francisco Förster, uno de los fundadores de esta iniciativa.
«En una noche son del orden de 10 millones de notificaciones, lo que equivale más o menos al inbox de 83 mil personas. Es imposible que nos pongamos a ver cada una de esas notificaciones», explica el académico del Departamento de Astronomía de la Universidad de Chile.
El trabajo de ALeRCE, cuyo investigador principal es actualmente el profesor de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Concepción (UdeC), Guillermo Cabrera, consistirá en recibir los 10 millones de alertas cada noche, enriquecerlas con información adicional, clasificarlas usando IA y distribuirlas a la comunidad científica internacional. Esto permitirá que los telescopios de seguimiento reaccionen de inmediato ante los eventos más interesantes, como el comportamiento inesperado de un agujero negro o una estrella que cambia su pulso.

Observatorio Vera C. Rubin en Chile.
Una joya de la ingeniería para filmar el universo
La tecnología detrás del Observatorio Vera Rubin es una verdadera proeza. El académico de la U. de Chile, César Fuentes, señala que el observatorio podrá «armar un video del cielo entero» cada tres días, permitiendo detectar cambios noche a noche. «Podemos observar y catalogar a todos los asteroides disponibles a una profundidad nunca antes vista», añade, destacando el potencial para descubrir desde supernovas en galaxias lejanas hasta objetos transneptunianos.
Por otro lado, la candidata a doctora en Astrofísica de la Universidad de Stanford y colaboradora de la U. de Chile, Bernardita Ried, describe la magnitud de la cámara de una forma más gráfica: «Cada foto cubre 10 grados cuadrados en el cielo, lo que es equivalente a poner 45 lunas llenas juntas. Si quisieras mostrar una de estas imágenes en tu televisor ultra HD necesitarías 400 de ellos solo para poder verla».
Además de su poder de captura, el telescopio puede reposicionarse y apuntar a otra parte del cielo en solo cinco segundos. Con estas capacidades, el Observatorio Vera Rubin consolida a Chile como un epicentro indispensable para la astronomía.
Este logro tecnológico que posiciona a Chile como un país líder en el área de la astroinformática, es fruto de una colaboración interinstitucional liderada por el Instituto Milenio de Astrofísica (MAS), junto al Centro de Modelamiento Matemático (CMM) de la Universidad de Chile, la Fundación Data Observatory (DO), y la Universidad de Concepción (UdeC). Desde sus inicios, además, esta iniciativa de alta tecnología suma a investigadores pertenecientes a más de 20 instituciones nacionales y extranjeras.