Innovación chilena extiende la frescura de las carnes rojas con empaque comestible
Tiempo de lectura: 2 minutos Se trata de «Bolsolution», un empaque funcional y compostable que extiende la vida útil de las carnes rojas hasta por una semana.
Un innovador desarrollo tecnológico liderado por la decana de Ingeniería de la Universidad Católica (UC), Loreto Valenzuela, busca mitigar las pérdidas de alimentos y optimizar la conservación de carnes rojas. La innovación, bajo el nombre «Bolsolution», extiende significativamente la frescura y vida útil de estos alimentos. A partir de ingredientes naturales, el recubrimiento comestible surge como un aliado clave para la industria alimentaria.
La tecnología, que ya había demostrado su eficacia en salmones a través de la spin-off UC FishExtend, ahora se adapta para carnes de vacuno y cerdo. El recubrimiento funciona inhibiendo la oxidación de lípidos y retrasando el crecimiento de microorganismos, dos de los principales factores que afectan la calidad de la carne. De esta manera, se logra mantener el color, aroma y calidad del producto por días e incluso semanas adicionales en comparación con los métodos de refrigeración tradicionales.
Respuesta a las demandas de la industria
Además de ofrecer una ventaja económica al disminuir pérdidas, también responde a la creciente demanda de los consumidores por alimentos más naturales y con menos aditivos químicos. Al estar compuesto por ingredientes de origen natural, el recubrimiento se presenta como alternativa a los conservantes artificiales.
Por otro lado, su aplicación promueve la sostenibilidad al reducir la necesidad de utilizar plásticos adicionales en el empaquetado, un punto crucial en un contexto de mayor conciencia medioambiental. El equipo de investigación diseñó los primeros prototipos mediante extrusión, una técnica utilizada en la industria de films plásticos.
Impacto en períodos de alta demanda
El lanzamiento de esta innovación cobra especial relevancia en Chile, particularmente ante la proximidad de las Fiestas Patrias. Durante septiembre, el consumo de carnes rojas como vacuno y cerdo experimenta un aumento de entre un 20% y un 30% en comparación con otros meses del año. Este incremento en la demanda presiona a toda la cadena de suministro, aumentando el riesgo de deterioro y pérdidas económicas para los productores.
La capacidad de extender la frescura de la carne hasta por una semana adicional ofrece una mayor flexibilidad a productores y comerciantes, garantizando la seguridad alimentaria. El proyecto, en el que también participan los académicos Ricardo Pérez y Wendy Franco, junto a un equipo liderado por el investigador Cristóbal Concha, se posiciona como una solución tecnológica de alto impacto con potencial para expandirse a otros alimentos.