Cuero de hongo: La revolucionaria apuesta de moda sostenible que ya se trabaja en Chile

Tiempo de lectura: 2 minutos Esta innovación no solo ofrece una alternativa vegana y sostenible para la industria de la moda, sino que también se enmarca en una tendencia global que busca en el reino fungi soluciones para la construcción, el embalaje e incluso la medicina.
El misterioso reino fungi, tradicionalmente valorado en la gastronomía y la medicina, está revelando un potencial revolucionario en el campo de los biomateriales. En el corazón de esta nueva era se encuentra el micelio, la intrincada red de filamentos subterráneos de los hongos.
Científicos de todo el mundo, como el equipo de la Vrije Universiteit Brussel (VUB) en Bélgica, están utilizando esta estructura para crear un material versátil, resistente y biodegradable que podría reemplazar al cuero animal y a los plásticos sintéticos.
El cuero de micelio no solo se perfila como una alternativa ética y vegana, sino también como una solución a graves problemas medioambientales. Su producción requiere una fracción del agua y la tierra necesarias para la ganadería, y su huella de carbono es significativamente menor. Además, al final de su vida útil, este material puede biodegradarse en pocos meses, a diferencia de los 500 años que necesita el poliestireno para desaparecer.
Del laboratorio a la pasarela
El proceso para crear este innovador textil es una fascinante mezcla de biología y tecnología, aunque sorprendentemente simple en su concepto. Investigadoras como la ingeniera Anouk Verstuyft del equipo de la VUB, explican que todo comienza con un pequeño fragmento de un hongo, como el reishi (Ganoderma sessile) o el cola de pavo (Trametes versicolor).
Este fragmento se cultiva primero en una placa de agar y luego se traslada a un caldo nutritivo líquido. «Empieza a crecer en la superficie del líquido. Después de unos 14 días, se puede recolectar ese material: una estera que está formada por filamentos entrelazados, creando un material muy resistente», detalla Verstuyft al medio internacional EFE.
El resultado es una lámina de micelio puro que, tras ser tratada, adquiere la textura, flexibilidad y durabilidad del cuero tradicional. El equipo de la VUB ya ha presentado prototipos, como una chaqueta de cuero de micelio exhibida en la Semana del Diseño de Milán, demostrando que la ciencia fundamental puede y debe comunicarse de manera tangible. “Hacemos muchas cosas en el laboratorio, pero si no lo enseñamos nadie lo entiende», explica la bioingeniera y diseñadora textil Annah-Ololade Sangosanya.
El potencial de la industria fúngica en Chile
Aunque la investigación universitaria es clave, la industria de los biomateriales fúngicos ya está dando pasos firmes a nivel global. Sin embargo, el camino no está exento de desafíos. La empresa californiana Bolt Threads, a pesar de colaborar con marcas como Adidas y Stella McCartney, tuvo que detener la producción de su cuero de micelio «Mylo» por dificultades para escalar la producción y atraer inversión.
Aun así, otras compañías como la estadounidense Mycoworks, que colabora con Hermès, o Mogu en Italia, siguen expandiéndose y demostrando la viabilidad comercial de estos materiales. Esta ola de innovación no es ajena a nuestro país. En Chile, empresas como Sporatex y Spora Biotech ya están explorando las aplicaciones del micelio, posicionando al país en la vanguardia de la biotecnología fúngica en Latinoamérica.
El potencial va más allá de la moda, con aplicaciones en embalajes que reemplacen el plumavit, paneles de aislamiento para la construcción e incluso filtros de agua. El campo está evolucionando a una velocidad asombrosa. «Tengo mucha curiosidad y entusiasmo por ver a dónde llegaremos y creo sinceramente que en veinte años tendremos aplicaciones de micelio en casa», concluye Verstuyft.