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Estuario del Río Maipo es catalogado como «sala cuna» de peces endémicos en riesgo

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Tiempo de lectura: 2 minutos Un estudio de Fundación Cosmos reveló que el estuario es de vital importancia como hábitat de reproducción para seis especies nativas, incluyendo cuatro endémicas de Chile y en categoría de conservación vulnerable.

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El Santuario de la Naturaleza Humedal Río Maipo, un punto clave en la desembocadura, ha sido objeto de un estudio liderado por Fundación Cosmos. Entre 2024 y 2025, a través de cuatro campañas estacionales, se realizó un levantamiento de línea base sobre la riqueza y abundancia de peces, revelando su rol insustituible para la biodiversidad acuática nacional.

Este proyecto, financiado por el Fondo de Protección Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente, contó con el apoyo de especialistas de la consultora Photosintesis y la colaboración de pescadores artesanales de la Boca del Maipo. Los datos obtenidos confirman que el estuario funciona como una verdadera «sala cuna» natural, esencial para el ciclo reproductivo de numerosas especies.

El estudio registró un total de 10 especies de peces, de las cuales 6 son nativas y 4 introducidas. Entre las nativas, destacan el puye (Galaxias maculatus), el pejerrey del norte chico (Basilichthys microlepidotus) y el cauque (Odontesthes cf brevianalis), estas dos últimas endémicas de Chile y clasificadas como vulnerables. También se encontró la perca trucha (Percichthys trucha), igualmente endémica y considerada casi amenazada.

Biodiversidad única

El director ejecutivo de Fundación Cosmos, Diego Urrejola, enfatizó la relevancia de estos hallazgos, destacando que «estos resultados confirman que el estuario del Maipo es un paisaje de alto valor natural y un espacio vital para la reproducción y subsistencia de especies nativas y endémicas». El informe subraya que la mezcla de agua dulce y salada en el estuario genera condiciones únicas, cruciales para el desove y desarrollo de fases juveniles de especies como la lisa (Mugil cephalus) y la reproducción directa de otras como el cauque y el roncador (Micropogonias manni).

La investigación también evidenció variaciones estacionales significativas: la mayor riqueza de especies se observó en primavera, mientras que la abundancia más alta se registró en otoño. Estas fluctuaciones refuerzan la necesidad de una gestión activa del Santuario, que integre conservación, monitoreo y colaboración con las comunidades locales para salvaguardar este patrimonio natural.

Amenazas y desafíos: El impacto de especies invasoras

A pesar de su riqueza biológica, el estuario enfrenta serias amenazas, principalmente por la presencia de especies exóticas invasoras. La investigación alerta sobre la carpa común (Cyprinus carpio), una especie reconocida globalmente por su capacidad de alterar ecosistemas acuáticos. La carpa incrementa la sedimentación, erosiona el fondo, modifica la vegetación y compite con las especies nativas por alimento y hábitat, disminuyendo su densidad.

«La condición de la desembocadura como ecosistema de transición entre el estuario y el mar para la reproducción y desove representa un espacio insustituible. Si se pierde la funcionalidad ecológica de este hábitat, se compromete un hábitat importante para especies que solo existen en nuestro país», añadió Urrejola.

En esa línea, el estudio plantea la urgencia de implementar medidas de control y monitoreo permanentes para mitigar la expansión de la carpa y otros invasores.


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