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Neurocientífico Francisco Parada: «En la muerte hay una última actividad cerebral»

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Tiempo de lectura: 2 minutos La actividad cerebral en los últimos momentos de vida de las personas es un gran enigma para la ciencia. ¿Qué ocurre con nuestro cerebro al morir? ¿Por qué se habla de «ver la luz»? Es lo que aborda el Doctor en Psicología Cognitiva y Neurociencias, Francisco Parada.

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Lo que sucede en el cerebro humano al morir ha sido un misterio durante décadas. Lejos de ser un simple cese de sus funciones, investigaciones recientes en neurociencia sugieren que el cerebro podría experimentar una compleja actividad organizada incluso momentos antes de la muerte.

En esta línea, el Doctor en Psicología Cognitiva y Neurociencias y académico de la Universidad Diego Portales (UDP), Francisco Parada, desmitifica la idea de un «apagón» instantáneo.

Investigar este proceso, como explica el neurocientífico, representa grandes desafíos éticos. Sin embargo, los avances en la medicina y el monitoreo constante de pacientes en estado crítico revelan que la muerte cerebral no es un «interruptor» que se apaga, sino que comprende un proceso más lento, como si el cerebro se «disolviera» gradualmente.

Uno de los hallazgos es la detección de «últimas oleadas de actividad» coordinada en el cerebro. Entre ellas, se han reportado ondas gamma, un tipo de actividad de alta frecuencia que en algún momento se consideró la huella digital de la conciencia y, que hoy se vincula con la percepción y la memoria.

Recuerdos y experiencias cercanas a la muerte

Es común la creencia de «ver la luz» entre las personas que tienen experiencias cercanas a la muerte, como visiones, recuerdos intensos o una sensación de paz profunda, lo que podría explicarse por esta actividad cerebral final. No obstante, las dudas sobre este proceso es consciente prevalecen en la evidencia científica.

«La poca evidencia que tenemos indica que esos últimos momentos de muerte, probablemente, la mente sigue haciendo lo que hace, que es ser activa. Por lo tanto, incluso cuando tú estás ahí en un momento quizás último momento, sin energía para hablar, va a generar una actividad que puede ser significativa», señaló Parada.

Por otro lado, el académico sugiere que estos hallazgos deberían impulsar una reflexión sobre la «humanización de la muerte» y ofrecer una condición ambiental amena para los pacientes.

«Hablar de la muerte, si bien hoy en día es súper tabú, la neurociencia nos muestra de que ahí hay una última actividad cerebral muy importante, que es una oleada coordinada y que, por lo tanto es relevante de que nos deberíamos hacer cargo de que ese último momento de actividad cerebral pueda ser un momento más humano», reflexionó Parada.


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