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¿Cansancio de fin de año o TDAH? Experto explica cómo diferenciar la fatiga cognitiva de un trastorno real

Cooperativa Ciencia,

Tiempo de lectura: 2 minutos De acuerdo con el psiquiatra y académico, Dr. Pedro Lucero, es común que en esta temporada de fin de año el cansancio y la desconcentración tomen fuerza.

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Con la llegada de diciembre, es común escuchar frases recurrentes en oficinas y hogares de todo Chile: «no tengo energía» o «me cuesta concentrarme». Aunque muchos asocian estos síntomas inmediatamente con condiciones médicas como el Déficit Atencional (TDAH), la ciencia apunta a un fenómeno estacional conocido como fatiga cognitiva.

De acuerdo con el médico psiquiatra y académico de la Universidad de Santiago, Dr. Pedro Lucero, la mente funciona de manera similar a una máquina y, tras funcionar ininterrumpidamente durante meses, comienza a presentar fallas por saturación. «Está descrito por la ciencia el concepto de cansancio cognitivo. Tiene que ver con la saturación de los sistemas de atención y de memoria de trabajo que ocurren a esta altura del año», explica Lucero.

Cuando el cerebro entra en modo ahorro

Uno de los puntos que destaca el académico es la llamada fatiga de decisiones. Tomar decisiones, por simples que parezcan, consume una gran cantidad de recursos energéticos del cerebro.

«Mientras más decisiones tomo, más voy cansando el sistema. Llega un momento en que se han tomado tantas determinaciones que uno empieza a ponerse en ‘modo ahorro’. El cerebro busca gastar menos energía, por lo que empieza a tomar decisiones más fáciles y no necesariamente las mejores«, advierte el  jefe del servicio de psiquiatría adultos del Hospital San Borja Arriarán.

Frente a esto, el Dr. Lucero recomienda «tomar las decisiones más importantes durante la mañana y evite agrupar demasiadas determinaciones críticas en un mismo día».

Fatiga cognitiva vs. TDAH

En la era de redes sociales, abundan los videos que prometen diagnosticar el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) en menos de un minuto. Sin embargo, el Dr. Lucero es enfático en señalar que confundir el agotamiento anual con un trastorno del neurodesarrollo es un error frecuente.

La clave para diferenciarlos radica en la temporalidad y la recuperación. La fatiga es fluctuante y reversible. Mientras que el TDAH es una condición que se manifiesta desde el nacimiento y persiste a lo largo de la vida. «Yo puedo llegar muy fatigado el viernes, pero si tengo un buen fin de semana, descanso y me despejo, el lunes mi rendimiento mejora. La fatiga normal se recupera con el descanso«, señala el psiquiatra.

¿Sirve tomarse días «a goteo»?

Finalmente, de cara a la planificación del verano, surge la duda sobre la efectividad de las vacaciones fraccionadas. Muchas personas prefieren guardar días y tomarse descansos breves de tres o cuatro días. Sin embargo, desde la perspectiva de la neurociencia, esta estrategia es insuficiente.

El jefe de psiquiatría del Hospital San Borja explica que, aunque la necesidad de descanso varía según la persona, «el grueso de la población necesita por lo menos entre 10 a 15 días para desconectarse realmente».

«Desde el punto de vista de las neurociencias, acumular días no es bueno e incluso no debería permitirse. Aunque la persona voluntariamente no quiera descansar, se sabe por estudios científicos que cometerá más errores. Tomarse vacaciones largas es un acto de responsabilidad consigo mismo y con el trabajo que se realiza», concluye el experto.


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