Estudio sugiere que el digüeñe podría combatir el alzhéimer gracias a sus propiedades antioxidantes
Tiempo de lectura: 2 minutos La investigación descubrió que los polisacáridos de este tradicional hongo silvestre poseen propiedades antioxidantes capaces de enfrentar la toxicidad asociada a enfermedades neurodegenerativas.
El digüeñe (Cyttaria espinosae), hongo endémico del cono sur y parásito estricto de los robles, podría esconder en su composición química una clave para la salud cerebral. Un reciente estudio destaca que este recurso posee propiedades antioxidantes y neuroprotectoras que podrían combatir el alzhéimer.
La investigación, titulada «Potencial efecto antioxidante y neuroprotector del polisacárido aislado del digüeñe Cyttaria espinosae», fue encabezada por el investigador de la Facultad de Ciencias de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), Dr. Fabián Figueroa.
Un escudo natural contra el deterioro cognitivo
El foco del estudio se centró en los polisacáridos (azúcares complejos) presentes en el hongo. Según los resultados obtenidos, estos compuestos mostraron una capacidad significativa para proteger a las neuronas frente a la toxicidad del péptidoβ\beta -amiloide, una molécula que juega un rol fundamental en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.
«Por medio de sus polisacáridos, el digüeñe posee propiedades antioxidantes y neuroprotectoras. Esto es relevante ya que el péptido β\beta-amiloide induce el estrés oxidativo que contribuye a la neurotoxicidad y la progresión del alzhéimer. Por tanto, esto aporta al tratamiento de la enfermedad», explicó el Dr. Figueroa.
Las muestras para la investigación fueron recolectadas en la Cordillera de Nahuelbuta, en la Región del Biobío. El equipo realizó una caracterización química de estos polisacáridos para entender sus mecanismos bioactivos en líneas celulares, apostando por validar un recurso local como una fuente de salud.
Del bosque a la industria nutracéutica
A diferencia de los fármacos sintéticos tradicionales, los productos derivados de fuentes naturales como el digüeñe suelen presentar una toxicidad muy baja o nula, lo que disminuye el riesgo de efectos adversos en los pacientes.
Para validar la seguridad del compuesto, el equipo científico utilizó embriones de pez cebra como modelo in vivo. «Demostramos que estos polisacáridos no resultan tóxicos para los embriones. Utilizamos este organismo como modelo para evaluar su seguridad, ya que la dinámica biológica es completa y diferentes factores interactúan, acercándose más a la respuesta humana que los ensayos solo con células», agregó el científico.
El siguiente paso en la hoja de ruta científica es profundizar en estudios in vitro e in vivo con otros modelos animales. Esto permitirá dilucidar con exactitud los mecanismos de acción de la actividad neuroprotectora y analizar cómo varía la biodisponibilidad del compuesto activo en organismos más complejos.