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Orangutanes aprenden a sobrevivir tras independizarse gracias a su «enciclopedia cultural»

Orangutanes aprenden a sobrevivir tras independizarse gracias a su «enciclopedia cultural»

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Tiempo de lectura: 2 minutos Una investigación descubrió que estos grandes simios no aprenden a comer por ensayo y error. Tras pasar 15 años junto a sus madres, adquieren un catálogo mental de casi 250 alimentos gracias a la observación y la transmisión cultural.

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En la selva de Sumatra, la independencia tiene un precio alto: el conocimiento. Cuando un orangután joven se separa finalmente de su madre, tras convivir estrechamente durante sus primeros quince años de vida, no se lanza a la aventura a ciegas. Un reciente estudio científico ha confirmado que estos primates llevan consigo una verdadera «enciclopedia cultural», un catálogo mental que incluye cerca de 250 tipos de plantas y animales comestibles, así como las técnicas precisas para obtenerlos.

La investigación, liderada por científicos del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal y publicada Nature Human Behaviour, desafía la idea de que los animales aprenden principalmente por instinto o mediante el método de «ensayo y error». Por el contrario, el estudio concluye que ningún orangután podría adquirir este nivel de sofisticación dietética por su cuenta; es la transmisión de conocimientos de generación en generación lo que garantiza su supervivencia.

El rol de la observación social

Para desentrañar cómo se forma este conocimiento, los investigadores utilizaron una extensa base de datos recopilada sobre orangutanes salvajes de Sumatra (Indonesia). El análisis incluyó 12 años de observaciones diarias, registrando comportamientos cada pocos minutos, lo que permitió a los científicos crear un modelo de simulación detallado. Este modelo recreó la vida de los simios desde su nacimiento hasta la madurez sexual, alrededor de los 15 años.

El equipo se centró en tres comportamientos sociales clave que influyen en el desarrollo de la dieta: la observación a corta distancia (mirar fijamente a otro individuo mientras come), la proximidad a otros orangutanes alimentándose y el ser guiados a zonas de forrajeo.

«Eso nos permitió determinar qué tipos de interacciones sociales ayudan a los orangutanes jóvenes a aprender qué comer, e incluso clasificar su importancia«, explicó la coautora del estudio, Caroline Schuppli.

Los resultados mostraron que el aprendizaje individual es insuficiente. Sin la guía de sus madres y el grupo, los orangutanes jóvenes no lograrían identificar la vasta variedad de alimentos necesarios para su nutrición en un entorno tan complejo como la selva tropical.

El impacto de las interacciones en la dieta

De esta forma, el estudio demostró que la cultura es el motor de la supervivencia de esta especie. Cuando el modelo simulaba todas las interacciones sociales (la condición natural), los orangutanes alcanzaban una dieta rica y variada, similar a la de los adultos, con unos 224 tipos de alimentos.

Sin embargo, al eliminar comportamientos específicos, la capacidad de supervivencia se desplomaba. Por ejemplo, al impedir que los jóvenes «miraran fijamente» a los adultos comer, su desarrollo dietético se volvía mucho más lento, alcanzando solo el 85% del repertorio de un ejemplar salvaje. El escenario fue aún peor al eliminar tanto las miradas como la proximidad física: las dietas resultantes eran drásticamente limitadas y nunca se acercaban a la variedad necesaria para un adulto sano.

«Estamos ante pruebas convincentes de que la cultura es lo que permite a los orangutanes salvajes construir repertorios de conocimientos mucho más amplios de lo que podrían aprender por sí mismos», destacó el coautor del estudio, Elliot Howard-Spink.

El siguiente paso de los científicos será analizar cómo este conocimiento acumulado influye directamente en la ingesta energética y el éxito reproductivo de los orangutanes, cerrando el círculo sobre cómo la cultura alimenta, literalmente, a la naturaleza.


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