Palma chilena logra la máxima protección internacional al ingresar al Apéndice I de CITES
Tiempo de lectura: 2 minutos La medida restringe estrictamente su comercio internacional de semillas y derivados para frenar su drástica disminución poblacional.
La palma chilena (Jubaea chilensis) fue incorporada oficialmente al Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). Esta determinación, adoptada durante la 20° Conferencia de las Partes (CoP20) celebrada en Samarcanda, Uzbekistán, otorga a la especie la categoría de mayor protección a nivel mundial, reconociendo la urgencia de detener el declive de sus poblaciones.
La Jubaea chilensis, conocida por ser la palma más austral del mundo y un símbolo del paisaje de la zona central de Chile, ha sufrido una disminución drástica debido a siglos de intervención humana, incendios forestales y la crisis climática. Con esta nueva clasificación, se marca un punto de inflexión en la gestión y conservación del bosque nativo chileno.
La inclusión en el Apéndice I es la medida más estricta que contempla la convención. En términos prácticos, esto significa que el comercio internacional de ejemplares, plantas, semillas y cualquier derivado de la palma chilena queda estrictamente prohibido, salvo en circunstancias excepcionales y no comerciales (como la investigación científica).
¿Qué implica la entrada al Apéndice I de CITES?
Hasta ahora, la especie contaba con protecciones menores, pero la evidencia científica presentada por la delegación chilena fue contundente para elevar su estatus. La propuesta fue fruto de un trabajo entre la Corporación Nacional Forestal (CONAF), en su rol de Autoridad Administrativa, y el Instituto Forestal (INFOR), como Autoridad Científica CITES.
La ministra de Agricultura, Ignacia Fernández, celebró la resolución desde Santiago, destacando el valor patrimonial de la especie: «Estamos muy contentos por el trabajo que hemos impulsado para proteger una de las especies más emblemáticas de nuestro bosque nativo. Este es un hito muy relevante, porque esta especie es única en nuestro territorio y sus poblaciones han disminuido de forma importante con el tiempo».
La autoridad agregó que, actualmente, gran parte de los ejemplares subsisten dentro de Áreas Silvestres Protegidas, refugiándose de las presiones antrópicas y factores naturales que amenazan su supervivencia fuera de estos santuarios.
Ciencia y fiscalización para la conservación
«La incorporación de la palma chilena al Apéndice I es un reconocimiento internacional a la urgencia de proteger una especie única. Esta medida fortalecerá la conservación, reducirá las amenazas asociadas al comercio ilegal y permitirá impulsar estrategias de manejo y restauración basadas en evidencia científica», señaló la directora ejecutiva de INFOR, Sandra Gacitúa.
Por su parte, el director ejecutivo de CONAF, Rodrigo Illesca, enfatizó que este cambio de categoría dotará al Estado de mejores herramientas de control. «Para CONAF, este paso permitirá reforzar nuestras capacidades de fiscalización, control y educación, asegurando que esta especie pueda recuperarse y mantenerse para las futuras generaciones», afirmó Illesca.
La intervención de Chile en la CoP20 fue liderada en terreno por Marlene González, encargada de CITES en INFOR. Desde Uzbekistán, González destacó que la resolución «no sólo visibiliza el estado de amenaza de la palma, sino que también refuerza el compromiso de Chile con el uso sostenible, la legalidad y la trazabilidad en el comercio internacional de especies silvestres».
La delegación nacional en Samarcanda, que logró este consenso global, estuvo compuesta por un equipo multidisciplinario que incluyó representantes de Cancillería, Sernapesca, Carabineros de Chile, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y la academia, representada por Juan Carlos Ortiz de la Universidad de Concepción.