Lo dicen sus alas: Investigación UdeC confirma que Vanessa carye es una mariposa migratoria
Tiempo de lectura: 3 minutos Esta especie, que en Chile se conoce como mariposa colorada, se encuentra desde Venezuela hasta Tierra del Fuego y, según el estudio, tiene dos rutas migratorias paralelas: una costera y otra andina.
Al igual que las célebres monarcas (Danaus plexippus), que cada año recorren miles de kilómetros en grupos masivos desde Estados Unidos y Canadá para hibernar en México, la mariposa Vanessa carye, una especie nativa de Sudamérica, también viaja en busca de mejores condiciones para vivir.
De hecho, es la protagonista del viaje migratorio más largo entre las mariposas americanas, sumando alrededor de 15 mil kilómetros en su trayecto de ida y vuelta.
Esta especie de color ladrillo y manchas negras, conocida en Chile como mariposa colorada o de la tarde, se distribuye en un rango latitudinal de más de 7 mil kilómetros entre Venezuela y Tierra del Fuego.
El comportamiento migratorio de Vanessa carye, que hasta hace poco era una sospecha entre los estudiosos, fue confirmado por un equipo de investigación de la Universidad de Concepción, a través de análisis morfométricos y genéticos.
Los resultados fueron publicados recientemente en la revista Molecular Biology and Evolution, en un artículo cuyo autor principal es el Dr. Amado Villalobos Leiva, desarrollado durante su formación en el Doctorado en Sistemática y Biodiversidad de la Universidad de Concepción, bajo la guía del Director del Departamento de Zoología UdeC, Dr. Enrique Rodríguez-Serrano y el Dr. Hugo Benítez.
Una especie que ahorra de energía
Las claves de estos estudios están en las alas de estos lepidópteros. “Lo primero es la forma de volar, eso distingue mucho a las mariposas”, comentó el Dr. Villalobos.
Las sedentarias (que no migran) aletean harto y rápido, como es el caso de la mariposa blanca de la col (Pieris brassicae); mientras que las migratorias tratan de batir sus alas lo menos posible.
“Dan un par de aleteos y luego parecen planear. Es una forma de ahorrar energía, porque la migración es un proceso largo y energéticamente costoso; entonces, para migrar, Vanessa carye ha evolucionado en su forma de vuelo”, señaló el especialista. Pero aquí también importa la forma y el tamaño de las alas. La morfología alar permite optimizar el desplazamiento de las mariposas.
En general, las especies migratorias tienden a presentar alas más grandes y alargadas en comparación con las sedentarias, ya que estos rasgos aumentan la eficiencia del vuelo en largas distancias.

Muestras de alas. Esteban Paredes Drake, DirCom UdeC.
Tras el rastro de las mariposas
El equipo de investigación recolectó mariposas a lo largo de todo el rango de distribución, en una búsqueda que les permitió además describir el registro más alto para el género Vanessa, a 5 mil 200 metros en Laguna Sorapata, cerca de Putre.
En total sumaron más de 989 individuos (vivos y de colecciones particulares) de 125 localidades, con el fin de estudiar los patrones de las alas.
“Se sabe, por otros autores, que la forma de las alas es muy sensible al hábitat. Hay algunas, como las Morpho (las llamativas mariposas azules tropicales) cuyas alas varían según si vive cerca del suelo o en el dosel (arriba) de los árboles. Entonces, vemos que en un rango longitudinal de unos 100 metros ya hay variaciones”.
En las heliconias -agregó- se descubrió que la morfología difiere entre las que viven en zonas secas o en pantanos.
“Para este trabajo medimos todas las alas, pero no de forma lineal; es decir, no miramos el largo o el ancho, sino la forma y para ello usamos una metodología que se llama morfometría geométrica”.
Dos rutas
Además de confirmar el estatus migratorio de la especie, el grupo de investigación logró establecer a través de los análisis genómicos que esta mariposa usa dos rutas migratorias bien establecidas, una andina y otra costera, asociadas a dos linajes.
Los estudios de ADN dieron cuenta de la existencia de dos grupos genéticos paralelos que se corresponden con las vías migratorias también paralelas.
“En el estudio analizamos un rango de 5 mil 500 km, con datos de genoma entre Colombia y Valdivia”, contó el Dr. Villalobos. La extensión cubierta en este caso fue algo más acotado que los 7 mil km que abarcaron los análisis de morfometría, que cubren toda la distribución de la especie.
Si bien se identificaron dos linajes distintos, se observó que hay conexiones entre ellos. “Vimos que estas poblaciones no son tan lejanas genéticamente (…) probablemente alguna mariposa se perdió en la ruta y fue por la otra y se mezclaron”, mencionó el investigador. Se mantienen conectadas, también, porque hay desplazamientos regulares entre las dos vías.
El biólogo explica que las rutas migratorias son un mecanismo de selección, que se transmite entre generaciones, “las heredan las madres a sus hijos y se mantienen a través del tiempo”. Es así como estas rutas están vinculadas, de modo muy marcado, a los dos grupos genéticos que siguen el camino trazado por sus ancestros cuando deciden movilizarse de un punto a otro.